domingo, 20 de octubre de 2013

¿Volverán los ex presidentes al Palacio?

Palacio de Gobierno de Bolivia
Para evitar equívocos no pretendo referirme a si en estos momentos alguno de los ex presidentes volverá como jefe de Estado al Palacio. Sino si regresarán como invitados de S.E. Con tantos años mirando la política nacional y participando en ella, lo cierto es que conozco bien a los ex presidentes de Bolivia. Jaime Paz Zamora es un amigo muy estimado y conformé su gabinete allá por los lejanos tiempos del Acuerdo Patriótico, cuando, por obra del general Banzer, nuestro país parecía darle la espalda a un pasado de odio. Con Tuto Quiroga, fuimos, además de amigos, correligionarios, y transitamos juntos en los complicados momentos de la renuncia del presidente Banzer, quien desesperó por dejar a su muerte todo en orden para una sucesión democrática, sin dejar lugar a malas artes. En el caso de Carlos Mesa siempre nos ha separado la política, cada cual con sus propias razones irreductibles, y como consecuencia polemizamos desagradablemente. Con Eduardo Rodríguez Veltzé nos une una mutua simpatía y al general Guido Vildoso lo aprecio por honrado y patriota.
Con esto quiero decir que conozco a los ex presidentes de Bolivia en mayor o menor medida, que los “republicanos” me parecen gente superior, y que, por eso mismo, cada vez me sorprendo de que concurran en rebaño al Palacio Quemado, cuando S.E. los convoca tañendo el cencerro. No puedo entender (como diría S.E.) cómo estos cinco señores creen que sus criterios van a ser tomados en cuenta. No puedo entender (nuevamente) cómo pueden prestarse a la fotito, al apretón de manos, a algunas palmadas y bromas para la tribuna, y al anuncio público de lo exitoso del cónclave, cuando S.E. ya está planeando como apretarles el pescuezo.
Si no recuerdo mal, S.E. ha citado en el Palacio a los ex presidentes en dos oportunidades. Una, para tratar sobre el tema marítimo, cuando S.E. dio el golpe de timón que desestabilizó la embarcación que ahora nos ha llevado hasta La Haya. Los ex mandatarios sintieron una obligación patriótica de asistir para hacer sus aportes al tema y ahí estuvieron puntuales ante un enjambre de periodistas. Hablar sobre el mar en Bolivia ya sabemos cómo es: todos se creen expertos en la materia, cada uno tiene su propio punto de vista, y finalmente todo queda en agua de borrajas. Además, que S.E. no llama a los ex presidentes para consultarles nada sino para aprovecharse de su ingenuidad, de su candor, y para que el pueblo aplauda su sentido democrático que lo obliga hasta a tragar sapos neoliberales.
Sin ir muy lejos, con su intolerancia, S.E. arremetió contra Jaime Paz hace pocos días. Paz Zamora afirmó, con razón pero sin medir los riesgos, que durante su gobierno no había existido muertos producidos por el Estado y que sin embargo en las dos gestiones de S.E. ya había cerca de 70 víctimas de la represión. Eso fue lo peor que pudo oír S.E. Fue como si le picaran los petos. Reaccionó de inmediato culpando al ex presidente mirista de haber sido corresponsable de las muertes de Octubre Negro por haberse quedado hasta el final con Goni. Pero, además, como S.E. no se para en chicas, embistió contra la familia de Jaime Paz diciendo que había querido proyectar políticamente a sus esposas, ex esposas, hijos, hermana, y “tuti quanti”. Fue una verdadera explosión de ira que muestra claramente cuánto le duele que le digan que su gobierno está superando al de Sánchez de Lozada en cantidad de liquidados.
Tampoco es nada tolerante con Tuto Quiroga porque no deja de recordarlo mal cada vez que puede. Al margen de sus remembranzas poco amables, la justicia boliviana, esa justicia que S.E. dice que es deficiente y que habría que arreglar, lo tiene enjuiciado por presuntas concesiones de áreas gasíferas a empresas transnacionales. Sabemos que esos juicios no se entablan si no están empujados desde el Palacio. Con Carlos Mesa las cosas no son mejores, porque, considerándolo peligroso políticamente como a los dos ex presidentes anteriores, no deja de provocarlo y de ignorar todo lo que Mesa reclama que hubiera hecho a favor del malhadado “cambio”, empezando por el penoso tema de los hidrocarburos.
Con Rodríguez Veltzé se olvidaron los misiles chinos, que eran una estupidez, y ahora existe una buena relación, tanta que no solo representa a Bolivia en su pleito con Chile en La Haya, sino que es también embajador en Holanda. En cuanto al general Vildoso no hemos oído expresiones descomedidas de parte de S.E. lo que es algo casi único, un privilegio de no creer.

¿Volverán los ex presidentes al Palacio Quemado nuevamente? Eso, si otra vez son convocados por S.E. Conociendo la política en cualquier momento de necesidad los citará para consultarles sobre alguna materia peliaguda respecto a la que ya tiene tomada una decisión. Eso sí, habrán fotos y periodistas a montones. Pero, nos preguntamos, ¿no habrán quedado escaldados como para volver?
Manfredo Kempff Suárez

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