EL DEDO EN LA LLAGA
Yacuiba y su
mentalidad pueblerina
Por. Esteban Farfán
Romero
Twitter: @EstebanFarfanR
Yacuiba –
Gran Chaco
Es tiempo que Yacuiba deje de ser un
pueblo, pero primero debe dejar la mentalidad pueblerina y convertirse en una
ciudad moderna, con identidad propia, refinada, ordenada, con amplitud a ideas
nuevas. Sólo si su élite cambia, por una nueva con nuevas ideas, nuevo chip.
Pareto, Mosca y
Michels han escrito un enjundioso ensayo que en las carreras de Ciencias
Políticas (Sociología Política), es material imprescindible de discusión y ardientes
debates sobre cómo funciona la sociedad. Especialmente Pareto, plantea lo que
se llama la teoría de la circulación de las élites, ésta es una respuesta
fulminante a las teorías de Marx sobre
el proceso revolucionario; Pareto plantea una serie de aspectos sobre la
estructura de la sociedad productiva.
Este es un tema
apasionante, pero también complicado y árido, así que para lo que quiero expresar,
voy a tratar de ser simple y sucinto. Pareto dice que toda generación producen
una de élite intelectual superior (combinación de inteligencia, voluntad y
energía), lo que los expertos contemporáneos llaman el circulo rojo.
Si la sociedad
no encuentran canalización del desarrollo a sus capacidades, de la que son
responsables de canalizar este circulo rojo, se produce un hecho volcánico.
Sucede que se unen las energías de las frustraciones, se provoca una implosión
y puede terminar en catástrofe social provocado por simple una chispa.
La democracia
ha encontrado mecanismos de cambios graduales con violencia controlada
(canalización de energías), abriendo los tapones que las energías acumuladas en
las fuerzas de la sociedad presionan.
Cuando no hay
libertad de circulación de las élites, se está ante un peligro/riesgo catastrófico
(camino drástico violento), que puede llevar a empeorar las cosas. Para estos
expertos, una sociedad debe generar el tránsito rápido y gradual dando paso a las
nuevas élites, con el fin de conducir esas energías que la misma sociedad
produce, de forma creativa. Lo que la abuela llama, la inyección de sangre
nueva.
Las estructura
sociales no son mecánicas, rígida y estables. Si no circulan las personas
preparadas y encuentran espacios, una sociedad se atrofia, se paraliza, se
frustra, se estaciona.
Yacuiba es una
ciudad a la que llegué a querer mucho con todo mi alma, me gusta bastante y he
decidido quedarme aquí, por lo menos por ahora, para siempre. Yacuiba es una ciudad
con muchas potencialidades y oportunidades, muy importantes, ubicada en un
enclave estratégico. No han sido aprovechadas por sus autoridades estas
ventajas comparativas.
Tiene gente muy
buena, pero me causa profunda tristeza cómo los miembros de la élite societal,
tanto sus hijos como los advenedizos, demuestran que no la quieren, al
despreciarla descuidándola. Yacuiba ha tenido como líderes a hombres en tiempo
claves que salieron de sus entrañas, pero que tampoco hicieron algo por cambiar
su realidad
Es la capital
de la provincia Gran Chaco, pero no ha podido hasta ahora liderar todavía la novicia
Región, reduciéndose a asumir un papel cómodo de un municipio más. Tiene tres
veces más población que Villamontes y cinco, más que Caraparí. Es la segunda
ciudad más importantes del departamento de Tarija.
Yacuiba desde
hace mucho que no refresca su élite. Siguen los mismo líderes intercambiándose
los espacios de poder sin ninguna creatividad, y sin ofrecerle a la sociedad
una perspectiva. La circulación de élites no significa solo el cambio de
personas, sino el de ideas, visiones, sueños.
Yacuiba no
tiene un norte desde hace mucho tiempo. No se si en el pasado hubo, pero en
este momento se encuentra sin rumbo, y ése es un problema serio, muy serio.
Cuando no se sabe adónde se va, cualquier camino es bueno y se arriba a
cualquier parte.
Yacuiba tiene
una clase media despolitizada, acrítica, rentista, cómoda, mediocre, floja y
conformista. Su núcleo dirigente está conformada por personas que no les
interesa el futuro como ciudad. Le tienen poco cariño a su tierra, lo
importante para ellos es vivir el momento, y sacar ventaja personal de la
circunstancia. No se involucran activamente en las decisiones importantes, por
lo que dejan hacer y dejan pasar.
Los políticos
son personas que diagraman discursos bonitos para atraer votos, hacerse del
poder y convertirse en nuevos ricos aprovechándose de la caja pública. La gran
mayoría de los políticos son aficionados, oportunistas e inescrupulosos, y se mantienen
en el poder desde hace muchos años, impidiendo cambios sin remordimientos. No
son líderes, son encantadores de la política.
Han demostrado
no tener amor por su tierra, su único objetivo es obtener los beneficios
personales que ofrece el cargo. Es élite es una réplica de la misma sociedad, oportunistas,
rentistas, mediocres, sin visión, desamorados.
El municipio de
Yacuiba es el reflejo de esta descripción. Es una ciudad desordenada, caótica, sucia,
sin identidad propia, peligrosa, insegura, sin planificación urbana.
Yacuiba no
tiene una masa critica (disparador intelectual) preocupado de los asuntos
públicos; que critique, que oriente, que reflexione, que proponga, que se
preocupe por su futuro.
La universidad no
es un espacio en el que se generen ideas, tampoco un lugar en el que se debatan
las ideas, o facilite su evaluación. Tampoco existen núcleos que practique este
tipo de actividades necesario para darle contenido y forma a los procesos. El
comité cívico y otras instituciones se han convertido en instituciones decorativas
sin ninguna influencia, e iniciativas.
Los lideres emergentes
se pasan el tiempo haciendo cálculos que les posibilite acceder a espacios de
poder para hacer los mismos que los que están asidos, no poseen objetivos
claros, tampoco entienden la realidad. No seducen, no llaman la atención, tiene
ideas. No tienen entre manos nada nuevo, nada creativo. No tienen lo que los
expertos llaman objetivos estratégicos, ideas fuerzas, centristas, propulsoras.
Yacuiba está esperando desesperadamente una nueva forma de hacer política,
espera nuevos líderes, pero que encarnen un nuevo relato, nuevos ideales, con
una nueva manera de hacer política.
Yacuiba no cuenta
con un grupo empresarial con posibilidades de participar en la dinámica
económica, ni con capacidad para generar condiciones para construir una base
productiva autónoma. En esto, hay mucho por trabajar. Curiosamente la gran
mayoría de los empresarios (para mi no son empresarios, sino comisionistas que
negocian contratos), son capitalinos, que están en Yacuiba solo el mínimo
tiempo de la ejecución de la obra, y
luego se van llevando todas las ganancias a la capital. Una suerte de
repetición de la colonia, en la que español estaba en América, sólo el tiempo
necesario de explotación, sin perspectiva de futuro en la tierra como sucedió
con el colonizador inglés en EEUU.
Aquí hay una
coalición que funciona muy bien para sus intereses entre los políticos nuestros
y los empresarios tarijeños. Un contubernio en el que el político se queda con
una buena coima y el empresario se hace de un contrato con sobreprecio y obras
de mala calidad sin fiscalización.
La paradoja es
que Yacuiba tiene como el principal generador y difusor de las ideas a una persona
con abolengo tradicional chapaco, propietario del único medio de comunicación
escrito.
Yacuiba como
ciudad es un pueblo, y sus alcaldes no pudieron liberarse de ese chip hasta
ahora. Da la impresión que lo único que les interesaba es hacer cualquier obra
de cemento, sin importar factores importantes como la utilidad, modernización, icnografía,
organización, etc.
Se han
construido edificio grandes que funcionan como mercados de pueblo. El único
cambio que hicieron son añadirles una escaleras mecánicas que están de adorno,
paralizadas, que no funcionan. Estos
imponentes edificios son verdaderas ratoneras, en el que los espacio se han
distribuido en celdas pequeñas de muy mal gusto, como antiestético.
Están a punto
de construir un nuevo mercado (Campesino), y van a repetir la misma lógica de
los anteriores alcaldes, que construyeron un cajón grande con cientos de celdas
ófricas, de mal gusto, mediocres. Sin creatividad, sin nada nuevo al margen de
lo mencionado.
Hubiera sido muy
bueno que esas dos enormes construcciones (Mercado Central y Lourdes), y la
nueva que se pretende construir con una inversión de 100 MM de Bs., se hubieran
diseñado como tipo Mall, en el que existan cines, discotecas, patios de comida,
Restaurantes VIP, café VIP, boutiques, etc.
Este tipo de
servicios le darían a Yacuiba una nueva imagen de ciudad, de confort, de
comodidad, de opciones para el vecino que no tiene dónde ir con la familia a
compartir.
Paradójicamente,
en Yacuiba no existe un lugar para ir a hacer ejercicio con seguridad, a pesar
de los grandes espacios que disponemos.
Los yacuibeños
que desean casarse o una actividad social en un lugar adecuado, terminan haciéndolo
en un garaje de un hotel o en uno de los muchos galpones que son usados para todo tipo de eventos.
Yacuiba no tiene un lugar adecuado como para la realización de eventos VIP. Si
se deseara hacer un encuentro de presidentes de los tres países vecinos,
prácticamente seria imposible porque no hay las mínimas condiciones. Se requiere
con urgencia un Hotel de 5 estrellas, y para ello solo se necesita de hacer gestión
de inversión privada, ofreciéndole al inversor –claro está- de las condiciones
necesarias.
Yacuiba no
tiene servicios básicos regulares, entendiendo aquellos servicios y obras de infraestructura
que aportan al bienestar y vida saludable de la población, aquellos con un
grado aceptable de cobertura en calidad y cantidad. Servicios como salud, energía
eléctrica, gas, el agua, vivienda, alcantarillado sanitario y pluvial, internet,
video cable, transporte (sistema de vías), alumbrado público, recolección de
residuos solidos, seguridad pública, espacios para el esparcimiento y ocio, cementerio,
establecimientos educativos,
Pienso que
Yacuiba debería tener un cementero jardín privado, un hotel de 5 estrellas,
transportes en Buses VIP a santa Cruz, Mall, supermercados, cines, teatros,
discotecas, servicio de transporte eficiente y seguro, un parque urbano,
Transporte regional (con Villamontes y Caraparí) de buses, etc.
Y de esto no
tienen la culpa los arquitectos e ingenieros, sino los políticos que toman las
decisiones. No me canso de soñar y me
pongo a pensar en las cosas que deberían hacer los nuevos lideres que la
sociedad demanda.
En el último
referendo del 20N, Yacuiba habló claro. Demostró que en su ADN está enraizada
en la autonomía, pero que a pesar de no quiere más a los políticos actuales que
ya están podridos, apoyó de manera indiscutible un estatuto cuestionado.
Tengo que
esperanza que esta historia cambien, y Yacuiba encuentre el camino de la
modernidad, y mejores las condicione de vida.
Es tiempo que
Yacuiba deje de ser un pueblo, pero primero debe dejar la mentalidad pueblerina
y convertirse en una ciudad moderna, con identidad propia, refinada, ordenada,
con amplitud a ideas nuevas. Sólo si su élite cambia, por una nueva con nuevas
ideas, nuevo chip.