El dedo en la llaga |
ESTEBAN FARFÁN ROMERO
José Quecaña ¿nuestro próximo Wilman Cardozo?
Quecaña quiere ser el próximo Wilman Cardozo al asumir las mismas poses de bravucón, camorrista, alborotador, pero su personalidad y naturaleza no lo acompaña. Quecaña quiere arrebatarle la bandera a Cardozo, por eso todos sus dardos son dirigidos a la yugular del polémico asambleísta.
Por:
Esteban Farfán Romero* | Domingo, 05/07/2015
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DE ASAMBLEÍSTA A SUBGOBERNADOR: José Quecaña fue asambleísta por Yacuiba (MAS) y en su gestión aprobó el Estatuto Departamental que ahora cuestiona. |
José
Quecaña (MAS) es el nuevo subgobernador de Yacuiba (2015-2020), en las
encuestas previas a la elección perdía, pero sorpresivamente ganó con mucha
estrechez el 29 de marzo. Los análisis técnicos revelan que tuvo una buena mano
de parte de los bolivianos que residen en la Salvador Mazza (Argentina), y que
fueron trasladados a Pocitos y Barrio Nuevo para que votaran en su favor. Al
momento de la realización de las encuestas, dichos compatriotas no fueron
tomados en cuenta por no residir en dichos barrios populosos.
El
asambleísta Wilman Cardozo (UD-A) continuamente le dice que es subgobernador gracias
a los argentinos, y que debería ir a Salvador Mazza a agradecerles. Eres
ejecutivo por suerte, gracias a os gauchos, le recuerda.
En
la campaña pasó desapercibido, manteniendo un perfil muy bajo y discreto. Eran
muy pocas sus apariciones públicas, no tenia propuestas concretas, menos iniciativas
políticas, siempre ha dependido de Carlos Brú y del Presidente Morales. En sus
spot/cuñas apeló a remover las emociones de su target de inmigrante,
presentándose como el pobrecito, el humilde, el menesteroso, poniendo al frente
a su madre que derramaba lágrimas pidiendo el voto.
En
la segunda vuelta, una vez con el cargo electo, cambió radicalmente de actitud,
se ha convertido sorpresivamente en agresivo, ácido, pendenciero, provocador y
punta de lanza de la campaña de Canedo. Craso error político que le está
costando caro. Todos los datos indicaban que Oliva ganaba con amplia ventaja.
Sus similares del Chaco fueron más hábiles. Se dieron vacaciones y
desaparecieron del escenario público.
Quecaña
fue asambleísta departamental en la anterior gestión legislativa (2010-2015),
su paso fue intrascendente y muy modesta políticamente hablando. No tuvo
iniciativas políticas, mucho menos legislativas, a pesar de formar parte del
oficialismo (MAS) y de ser parte del grupo de confianza de Lino Condori. El
otro asambleísta (José Amás, PAN), tampoco hizo su trabajo, teniendo un
desempeño peor que Quecaña.
Quecaña
saltó de ser dirigente del mercado Campesino al comité cívico junto a Guimer
Beyzaga, ante el abandono de éste último, queda como presidente. Quecaña
siempre ha militado a favor del Gobierno, incluso cuando se luchaban por
reivindicaciones cívicas. Cuando se combatía por la confiscación abusiva del
Gobierno del IDH en 2008, Quecaña junto a un grupo de militantes masistas
apedrearon la casa cívica que encabezaba las luchas.
Siempre
se ha puesto a lado del Gobierno en momentos en que Yacuiba y el Chaco exigían
sus reivindicaciones. Siempre se borró en momento difíciles. Cuando se luchaba
por Margarita, desapareció del escenario y guardó silencio. Después de la capitulación
de nuestros políticos y cívicos, apareció para justificar al Gobierno.
Quecaña
siempre ha pretendido la Subgobernación de Yacuiba de la manera más fácil y
cómoda, las únicas leyes que tramitó fueron normas que le abrían boquetes a la caja
pública para repartir dinero bajo consignas populistas, disfrazadas de medidas
sociales. Hay que recordar que fue le principal impulsor del Prosol urbano que
pretendía entregar dinero en efectivo a los comerciantes. Quecaña impulsó desde
las sombras el revocatorio de su compañero de partido Marcial Rengifo.
Quecaña
es el típico político primitivo y chabacano, del mismo corte de Wilman Cardozo,
en el que el formato preferido de hacer política es la demagogia, la audacia,
la astucia, la chicanería, y la mediatización de sus figuras. Además el ser
iletrados, simples, populistas, los dos son muy hace parecidos. Son adictos a
los medios de comunicación, y fácilmente transan sus posiciones políticas de
acuerdo a los tiempo y sobre todo, a las conveniencias políticas personales.
Cuando
la ejecutiva Esther Velásquez (MAS) fue removida de manera abusiva e ilegal por Lino Condori, de manera
oficiosa, Quecaña salió sin ningún rubor a justificar la decisión. Eran tiempos
en que Quecaña era centralista y le convenía el centralismo departamental
porque su partido estaba en el Gobierno.
Cuando
se conoció la estruendosa derrota de su candidato Pablo Canedo (MAS,
inmediatamente sin perder tiempo cambió racialmente de libreto. Se convirtió en
autonomista radical, a tal grado que apadrinó desde las primeras horas después
del resultado, el décimo Departamento,
desempolvando la bandera preferida de Cardozo. Lamentablemente, este tipo de
calidad de políticos tenemos en el Chaco, y son los que deciden nuestro futuro
como sociedad.
Al
estar el MAS en estampida, Quecaña pretende encabezar la oposición a Oliva
desde el Chaco y para ello ha decidido radicalizarse asumiendo posiciones
duras. Por esa actitud, en un momento se quedó sólo, aislado. Quecaña no tiene
la talla, ni la experiencia como para sostener semejante desafío. Es un bocado
muy fácil para Oliva.
Quecaña
quiere ser el próximo Wilman Cardozo al asumir las mismas poses de bravucón, camorrista,
alborotador, pero su personalidad y naturaleza no lo acompaña. Quecaña quiere arrebatarle
la bandera a Cardozo, por eso todos sus dardos son dirigidos a la yugular del polémico
asambleísta.
Quecaña
sabe que Cardozo está ingresando en una fase critica de contradicción, porque necesariamente
debe desdecirse al ser aliado de Oliva. Lo provoca para que muerda el anzuelo y
Cardozo fácilmente cayó en la trampa de Quecaña al justificar algunas sensibles
acciones del centralismo departamental, haciendo añicos el discurso
autonomista, rebelde, e insurrecto. Cardozo está perdiendo sintonía con su
base, porque el poder lo obliga a justificar sus acciones de acaparamiento de
poder. Quecaña pretende aprovechar esta situación de crisis política por la que
atraviesa el exdiputado. A esta situación se añade el estancamiento y la
inexistencia de rumbo de la gestión de Ramiro vallejos, el delfín de Wilman
Cardozo. Hasta la fecha, después de un mes, la gestión de Vallejos no despega,
no puede encender los motores, no da ninguna señal. Esta estancada. Tienen el
poder y no saben que hacer. El patrón del mal, como zorro experimentado, espera
con paciencia para actuar.
Quecaña
no tiene autoridad moral y política para pedir autonomía porque siendo
asambleísta y hombre fuerte de la anterior gobernación y teniendo en sus manos
el todo el poder político de Tarija, el de la Asamblea Departamental, el de la
asamblea regional, 10 de los 11 ejecutivos, 10 de los 11 alcaldes, todos los movimientos
sociales en su favor no hizo absolutamente nada por la autonomía regional. No
puede ahora cínicamente hablar de autonomía, porque cuando tenia todas las
condiciones no hizo absolutamente nada. (Yacuiba 05/07/15).
*ESTEBAN FARFÁN ROMERO, es periodista, analista político y docente.
Director
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Yacuiba –
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