Diez razones para (re) pensar
seriamente y replantear (nos) un (nuevo) futuro para Yacuiba
“Somos seres arrojados a un mundo de posibilidades”
Martin Heidegger
“La
noche es más oscura justo antes del amanecer. Pero yo les prometo que el
amanecer está llegando"
Harvey Dent
(Batman: el caballero
de la noche)
“Todo lo grande está en medio de la tempestad.”
Martin Heidegger
Por: Esteban Farfán Romero
D
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esde hace tiempo, de manera metódica y
sistemática sostengo una serie de conversaciones dialécticas, con diversas
personas de todos los estamentos y sectores sociales de Yacuiba, sobre las
causas-efectos por las que estamos en la (magra) situación actual. El objetivo de
estos diálogos, es el de conocer con mayor profundidad y precisión, lo que
piensan/sienten/perciben/creen los yacuibeños sobre el contexto actual, y
quiero comentarle que los resultados de estas investigaciones arrojan que en la
gran mayoría coinciden en que nos encontramos en una situación muy complicada
en lo social, económico y político como consecuencia de malas decisiones tomadas,
sobre todos por los políticos, y es muy evidente la frustración y el pesimismo derrotista
sobre una posible salida pronta.
Lo que intento con estas investigaciones
como tertuliano, es bucear en la profundidad de la sociedad yacuibeña, para
conocer con claridad y objetividad lo que hay debajo de la superficie de las
aguas, escuchar los latidos y contracciones, y en base a esa valiosa información
recolectada, sistematizarla, analizarla para luego diseñar una salida alternativa
a la situación de crisis presente.
La propuesta programática de una Nueva
Sociedad de la Agenda Yacuiba 20-40[1]
para la construcción de la “Yacuiba del Siglo XXI”, es una repuesta seria,
integral y oportuna, justamente a este contexto muy difícil, que ofrece una
formidable oportunidad para un quiebre. Producto de las investigaciones de
campo y de la reflexión realizada desde hace más de 10 años, es este proyecto que
está explicado con detalle en un libro de más de 600 páginas que presentaré muy
pronto.
Todos coincidimos que nos encontramos atrapados
y prendidos en una crisis muy profunda, de la que parece difícil, hasta
imposible de salir, por lo que (sin ser alarmistas y catastrófico), creo que se
hace necesario declarar una emergencia municipal, con el objeto de tomar
decisiones de fondo y serias.
Se hace imperioso la generación de condiciones
y escenarios para el impulso de un proceso convergente y articulador de encuentro,
diálogo, deliberación y reflexión
sincera y ordenada, con el fin de construir un “consenso colectivo” como bien
público potenciador, a través de la concertación para la reconstrucción de (una
nueva) Yacuiba entre todos y para todos.
Un espacio abierto en el que converjan
de manera protagónica las diferentes corrientes ideológicas políticas de
Yacuiba.
Creo firmemente que hay las
condiciones de madurez apropiado para el debate político sobre nuestro futuro,
tomando en cuenta que toda crisis es en si misma, una fabulosa oportunidad para producir cambios
importantes y transcendentales.
Lo que planteo con la Agenda Yacuiba 20-40, sobre la base de
la visión y los pilares estratégicos, la construcción, legitimación e
implementación de un proyecto líder de poder local, con irradiación regional y
departamental.
Hay que destacar que la capacidad y
voluntad que tiene el hombre en situación de aprietos de reinventarse, de
reciclarse, de reponerse, es impresionante, extraordinaria y admirable; de soportar
los peores embates, y luego levantarse y proponerse metas, y salir adelante
triunfante.
La situación económica y social en
Yacuiba se ha deteriorado dramática y notablemente, por no haber aprovechado
una extraordinaria y única oportunidad, pues ya no hay la disponibilidad de
recursos económicos como en tiempo de la bonanza nunca ocurrida en la historia
republicana.
Es momento de reflexionar sobre las nefastas
e infaustas consecuencias de haber otorgado un cheque en blanco a los políticos,
sin ningún tipo de compromisos, condicionamientos y control.
Sobre esto, es muy importante tomar en
cuenta desde el lugar de dónde hablan los protagonistas (nuevos y viejos),
porque los políticos que han sido participantes (oficialistas y opositores) del
proceso que se agotó y fracasó, porque no es propios que los políticos que se
encuentran con un bienestar económico y social asegurado, nos hablen cínica y
desfachadamente de la pobreza y la situación actual de crisis, siendo ellos los
responsables primeros.
Por lo tanto, Yacuiba se encuentra
frente a un dilema crítico, decisivo e histórico entre optar por un mero cambio
cosmético o impulsar un proceso de transformación profunda y estructural, y
debe tomar una decisión urgente en este proceso electoral local que se avecina.
1.
Condiciones objetivas y subjetivas propicias
Por las circunstancias sobreviniente,
sin duda que Yacuiba en este momento se encuentra trabada en un gran dilema
crítico, decisivo e histórico; lo que significa que debe elegir con todos sus
riesgos y consecuencias automáticas que implica, entre optar por un cambio o un
proceso de transformación.
Hay que comprender que no es lo mismo cambiar que transformar. Para este
caso (de la Agenda Yacuiba 20-40), entendemos
cambio, lo que implica siempre una ruptura con algo que está presente para una
adaptación lo mejor a la nueva situación, la sustitución de una situación por
otra; por el otro lado, la transformación, es un avanzar profundo en lo que uno
es o tiene “desde dentro” impelido por una motivación profunda, por un “sentir”.
No hay ninguna duda, de que en este tiempo de la historia
inequívocamente los yacuibeños nos encontramos en una encrucijada crítica, en
un punto de bifurcación histórica virtuosa de oportunidad, en un período de
decisión muy determinante e importante, porque dependiendo de cuál sea ésta, va
a definir la viabilidad de nuestro Municipio, el futuro del mismo y el tipo y
nivel de vida de nosotros.
En consecuencia, la pregunta capital sugerida por
Einstein[2] es,
¿vamos a seguir insistiendo en el mismo modelo de gobierno y gestión aplicado
en los últimos 15 años haciendo lo mismo, y esperando ingenuamente resultados
diferentes?, o ¿vamos a atrevernos a decidir cambiar de modelo y paradigma
explorando otras rutas más prometedoras y promisorias como la que propongo a
través de un nuevo proyecto de sociedad moderna?
Porque estoy absolutamente convencido de que no se trata
solo de cambiar de personas (políticos) en los espacios públicos importantes y estratégicos,
por otros rostros nuevos bienintencionados, de género, incluso tampoco
generacional, ni siquiera (sólo) de personas competentes, porque sólo esto, no
es suficiente condición, pues no garantiza absolutamente nada de resultados
diferentes; sino el de substituir la actual rancia y obsoleta élite política y
estructura básica institucional agotada de gobierno y de gestión.
Lo que creo firmemente que debe ocurrir necesariamente,
es que solamente a través del diseño y la fundación y construcción de un
verdadero proyecto contextual, visionario, desafiante, prometedor y disruptivo
de (un nuevo) Municipio (sociedad) (verdaderamente) autónomo, competitivo,
moderno, inteligente, incluyente y abierto al mundo, que establezca e instituya
las bases (sólidas) de una nueva institucionalidad congruente con el tiempo en
que vivimos, de acuerdo a una visión estratégica sostenible de desarrollo a
implementarse en un tiempo determinado, la construcción de una Nueva Yacuiba
moderna e incluyente, gestando, ofreciendo y garantizando “oportunidades para todos”,
para el crecimiento, desarrollo, seguridad y bienestar de todos los yacuibeños.
Si sólo nos limitamos a cambiar de personas (por otras),
como las autoridades ejecutivas y legislativas como ya ha sucedido en los
últimos años, y seguimos con la misma estructura institucional que nos ha
reportado de forma reiterada fracasos y frustraciones, y la ausencia de una
perspectiva histórica en el horizonte, habremos cambiado, para no cambiar nada
(gatopardismo), un nuevo simple
cambio cosmético y sin efecto positivo.
Todas las condiciones favorables para el inicio del
proceso de transformación están dadas de manera clara, por lo que debemos
aprovechar las elecciones subnacionales como punto de partida.
2.
Rotundo fracaso del caudillaje
Desde hace mucho tiempo, Yacuiba ha
sido presa fácil de este pernicioso e
infecto fenómeno político, que desgraciadamente a lo largo de la historia ha
destruido sociedades empobreciéndolas, dejándolas en la miseria y haciéndolas
retroceder.
Como explican notables intelectuales
bolivianos como A. Arguedas, C. Romero, F. Francovish, Ch. Arnade, M. Irurozqui,
H. Klein, HCF. Mansilla y otros, nuestro país desde antes de su fundación, ha
sido presa fácil y tierra fértil para la germinación, crecimiento y expansión del
caudillismo, que ha aparecido en diversas épocas manchando nuestra historia.
Yacuiba y el Gran Chaco no ha quedado
exento del contagio de esta “peste negra”, pues todo el tiempo hemos tenido
como autoridades en puestos políticos claves, muy importantes y estratégicos a verdaderos
caciques bonapartistas, aventureros, oportunistas, vividores, maniobreros,
codiciosos, conspiradores, demagogos, ventajistas, arribistas, que añadido a
estas características, fueron vergonzosamente mediocres, iletrados, incultos,
indoctos, analfabetos, ignorantes. Pero eso sí, ante el poder político central
del MAS y Evo Morales, lisonjeros, aduladores y zalameros hasta la hastiedad y repugnancia.
En lo que han despejado todo tipo de duda, es en su ineptitud, torpeza e
incompetencia en la administración de los asuntos públicos.
Lo más curioso, paradójico y
catastrófico, es que a pesar de las terribles y espantosas consecuencias de
desastre que dejaron este espécimen de políticos, como sociedad (todavía) no
aprendemos la lección (como debería ser), tomando una acción radical de cerrar
las puertas completamente a esta clase de virus contagioso.
Por caudillo se entiende el jefe,
cabecilla político improvisado de un grupo, partido o comunidad, que surge de
un movimiento y agitación social de masas, que usa eficazmente y de forma
desproporcionada su carisma y actos de supuesto heroísmo de protectorado en
circunstancias críticas, ofreciendo resistencia, defensa y soluciones rápidas,
fáciles y simplonas a problemas complejos, estructurales e históricos, a cambio
de apoyo y acumulación y concentración de poder político. Los caudillos son
autoritarios por naturaleza, por lo que exigen obediencia y lealtad como
condición y, a cambio, ofrecen protección y dádivas/recompensas/prebendas.
El caudillaje es una variante de los
sistemas perversos de relaciones políticas personales clientelares del poder,
muy cercano al caciquismo[3],
especialmente como se entendía en nuestros país y en algunas zonas de América
Latina.
No voy a brindar mayores detalles de
esta variante, pero estoy en condiciones de afirmar que los políticos que
tuvimos en situación de poder (oficialismo y oposición), tuvieron importantes y
profundos rasgos de cacicazgo, y por lo resultados verificables, sin duda que su
paso fueron un rotundo y total fracaso como gestión pública.
Lo grave en esto es que han demostrado
que no poseen un poquito de sentido de autocrítica, por lo que no se hacen cargo
y responsables de las externalidades ocasionadas por sus (malas) decisiones, y mas
bien hábilmente eluden y buscan culpables (chivos expiatorios) en otro lado en
los que cargan todas las culpas y secuelas, lavándose las manos descaradamente,
cuando solo ellos son los directos u únicos responsables de las consecuencias.
De forma desfachatada, desvergonzada y
osada, han confundido el poder estatal (Gobierno Municipal), con su propiedad
personal, usando la instancia municipal y otras para provecho propio y de grupo
de la manera más insolente.
La única clase social que se encuentra
con el bienestar asegurado y los problemas económica resueltos, es la política;
que ha aprovechado muy bien la cosa publica para enriquecerse rapidamente de
manera ilegitima.
Ante la situación presente, el ciclo
político del caudillismo se ha agotado y acabado, por lo que claramente hay en
la sociedad yacuibeña una clara (pre) disponibilidad para transitar hacia un
nuevo proyecto con otro horizonte de sociedad.
3.
El protagonismo de los jóvenes y mujeres
Otro aspecto muy importante a tomar en
cuenta, es la (grata) sorpresiva irrupción oportuna en el espacio político de
manera protagónica de los jóvenes y mujeres, que han decidido tomar en sus
manos de forma activa y frontal el futuro de la sociedad, provocando con su
acción, un quiebre político histórico e importante producido con la renuncia
(forzada por la fuerza popular ciudadana en las calles) de Evo Morales el 10 de
noviembre de 2019, después de 13 años, nueve meses y 18 días de gobierno.
Este hecho que puede ser calificado
como histórico y trascendental, significa que a partir de ahora, la política
local pasa necesariamente por la participación “activa, protagónica, real y
efectiva” de los jóvenes y mujeres. Digo protagónico, empoderado, real y
efectiva, porque hasta ahora hubo participación de jóvenes y mujeres en espacios
decisorios del Estado, pero de forma decorativa, bajo perfil y poder marginal.
Creo que en este nuevo tiempo político
y social, no puede haber un (nuevo) proyecto de sociedad, sin la participación
e inclusión de los jóvenes y mujeres de manera estelar y central.
4.
Es el tiempo de los nuevos líderes, pero con ideas
Las muestras de las investigaciones
sociales, revelan de manera clara e inequívoca, que la sociedad yacuibeña aspira
ansiosamente a tener una nueva camada de “líderes políticos nuevos”, pero
condicionados a que posean “ideas nuevas y serias[4]”,
no improvisados. Parece una contradicción, pero es lo que solicita, espera y
anhela Yacuiba en este tiempo.
Lo que me ha llamado mucho la atención
en los diversos estudios que hicimos, es que en especial los jóvenes y
adolescentes, exigen decisiones/acciones radicales en la gestión pública en la
estructural estatal local, llegando incluso a solicitar acciones que colisionan
con los principios y valores “republicanos y democráticos”, como la eliminación/desaparición
a través del cierre del Concejo Municipal y la Asamblea Regional, por ser (en
su percepción) inútil, inservible e innecesaria.
Una muestra palmaria que la sociedad
no se va a dejar seducir y enganchar tras un político que simplemente muestre y
exhiba como principal credencial político electoral el “ser nuevo”, ha sido la
elección (anulada) del 20 de octubre de 2019, en el que para la banca de
diputado uninominal (C-43), se han presentado como candidatos/as en su gran
mayoría, nuevos, jóvenes, y en casi todos los casos, con un buen perfil
electorable y potencialidades.
Los resultados que arrojó la votación
obtenida por los “nuevos”, confirma lo que los grupos focales manifiestan de
manera clara sobre “qué tipo de nuevos” políticos espera la sociedad yacuibeña,
lo que significa que Yacuiba está aguardando a “nuevos actores” en el campo
político, pero muy condicionados a que éstos tengan en manos, proyectos serios.
A los que de pronto aparecen impulsivamente
en tiempos de elecciones como candidatos a un puesto para probar suerte, y
después si no tuvieron éxito, desaparecen totalmente de escena inmediatamente pasa
el proceso electoral, los llamo voluntaristas y bienintencionados, que son
entusiastas e impetuosos sinceros e ingenuos, pero que están autoengañados,
porque para tener éxito verdadero con resultados en el campo político, se
requiere poseer verdadera vocación de servicio y capacidad.
Está claro que el problema de fondo no
está en la (mera) participación o no de los “nuevos” en la política, porque en
los últimas gestiones, la presencia en las listas electorales y ocupación de
espacios importantes, ha sido significativo, pero intrascendente e infructífera,
por factores que tiene que ver con la ausencia de vocación política,
competencia y compromiso social.
Lo que la sociedad demanda, es que las
“ideas políticas” no sean producto de una improvisada e informal “charla de
café”, con planteamientos facilones, fantasiosos, superficiales, triviales e
insubstanciales, rayando en lo demagógico y embustero, a problemas
estructurales, históricos, profundos y muy importantes.
Adicional a esto, hace falta la (urgente)
constitución y conformación de una estructura partidaria organizada local
propia, con proyección a la consolidación en el espacio regional del Gran Chaco,
porque desde la experiencia (fallida) de la tristemente célebre de la
construcción de la mafia apandillada del PAN[5]
(que fue un aquelarre, que ha causado un gran daño al Gran Chaco y a Tarija,
porque entregó Tarija y el Chaco al MAS a cambio de 30 monedas de plata), no ha
existido iniciativa e interés de la clase política local, por la creación de un
instrumento político regional propio, con sustrato y sedimento ideológico basal,
anclado en la visión regional centrípeta y emancipadora.
Considero que la clase política (en
especial la de Yacuiba) tiene la responsabilidad y una deuda pendiente que debe
saldar ya nomás, conformando una organización política propia del Chaco.
La gran responsabilidad porque no hay
calidad en la clase política, es precisamente por la ausencia de partidos
políticos orgánicos, y porque éstos no forman y entrenan cuadros con tiempo a
través de capacitación y entrenamiento, y mecanismos de promoción y
posicionamiento.
Una de las razones por las que no hay
nuevos cuadros en condiciones de participar, es porque los lideres caudillos
políticos no permiten de manera deliberada el surgimiento de nuevos líderes,
porque suponen que son potenciales amenazas a su liderazgo, por lo que recurren
a ubicar en ciertos espacios a personas inhábiles, incompetentes e incapaces, y
dóciles y obedientes.
Los únicos responsables de la mala
calidad de las autoridades, es de la misma clase política, porque es ésta la
que define secretamente de manera unilateral y solo entre la cúpula los
candidatos, por lo que la población va a las urnas a elegir sobre lo que ya previamente
ha decidido la clase política.
La realidad es que en los partidos
políticos, no hay cuadros nuevos, idóneos y competentes, que se encuentren
prestos para asumir retos y desafíos en la gestión pública, por lo que para que
exista una provechosa transición, se hace necesario que los que estén
interesados en prestar servicios públicos, tengan verdadera y auténtica
vocación de servicio, capacidad, que hagan carrera política y que se involucren
plena e íntegramente en los asuntos de la ciudad, con todos los riesgos y
sinsabores que esto conlleva.
5.
Es el turno de los atenienses
En la academia se discute ardientemente
sobre las formas, naturaleza, características, condiciones y particularidades
intrínsecas de los gobiernos como sistemas y sus ejecutores/administradores, dependiendo
de las particularidades intrínsecas de los contextos y circunstancias. Dentro
de este debate, existe uno que me gusta mucho y que ha sido desarrollado por Michels,
Weber, Smith, Foucault, Heidegger, llegando a Hegel y Kant, que es sobre la
particularidad para el desempeño del liderazgo político, de acuerdo al momento
histórico, y en estas reflexiones, se identifica y clasifica a líderes
políticos denominados espartanos (destrucción) y atenienses[6]
(construcción).
Se debe tener en cuenta que los
espartanos por sus características innatas de energía, pasión, potencia,
reciedumbre, firmeza, resistencia, garra, coraje, ímpetu, intensidad, valor,
carácter, empuje y resolución, sirven eficazmente para “destruir y desmontar”
una estructura institucional establecida que ha cumplido su ciclo; y por otro
lado, los atenienses por sus particularidades propias de reflexión, raciocinio,
sabiduría, discernimiento, inteligencia, intelecto, entendimiento,
racionalidad, reflexión, juicio, capacidad, coherencia, cordura, sensatez,
moderación, mesura y circunspección, sirven para “construir e implementar” un
nuevo orden de acuerdo a un (nuevo) proyecto de sociedad supeditado a una
visión colectiva previamente definida.
La materia prima del acción del
ateniense, es el diálogo, la deliberación, la negociación, el consenso, la
concertación, el pacto, las alianzas, la unión, la integración.
En tiempos de acumulación histórica y agotamiento
de ciclos, en los que se requiera romper paradigmas establecidos como orden
social, los líderes políticos espartanos como combustible e instrumentos, son
necesarios y apropiados para destruir.
Pero después de producida la
destrucción, y ya en la fase de construcción, la participación de los espartanos,
debería pasar al espacio secundario de acompañamiento y guardianes, y dar lugar
a los atenienses como protagonistas principales.
Personalmente, apoyado por la
experiencia, desconfío y dudo mucho de la participación protagónica de los
espartanos en esta segunda fase, porque su naturaleza de uso de la violencia
desembozada como materia prima de acción, hace que no se construya integralmente
mediante un proceso ordenado una nueva institucionalidad, y esto porque el
espartano para mantener su vigencia y expandir su poder, requiere conservar el
estado de permanente violencia, destrucción y confrontación, para permanecer
montado en el poder.
Después del cierre y liquidación del
ciclo del denominado “Proceso de Cambio” ejecutado por Evo Morales (MAS) en
estos casi 14 años, en pos de un nuevo periodo (que no sabemos que será), y para
que éste tenga éxito, la participación protagónica de los atenienses es
imprescindible.
6.
Existen recursos humanos competentes
Como señalé líneas arriba, la clase
política no dispone de nuevos cuadros capacitados para el recambio y no ha
mejorado en nada la pésima calidad que posee, por lo que es preocupante esta
situación.
Sin embargo, ante esta ausencia y vacío
evidente, se ha notado que desde la sociedad a través de diversas
organizaciones ciudadanas, personas de diversos espacios y sectores se han
manifestado, y han mostrado genuino interés y predisposición a participar en el
campo político.
Al ser el proceso de transformación de
la sociedad yacuibeña un gran desafío, se requiere contar con la participación
activa y protagónica de recursos humanos competentes, que con sus habilidades y
pericias, contribuyan de forma organizada y productiva a la consolidación del
fin y los objetivos trazados.
En Yacuiba, no sólo existen personas (en
especial jóvenes), con preparación académica[7]
en gestión pública y asuntos de Estado,
sino la disposición entusiasta de muchos profesionales jóvenes, que creen que ha
llegado la hora de participar en el espacio público aportando proactivamente.
Creo que para la construcción efectiva
de una nueva institucionalidad municipal como la que planteo en la Agenda Yacuiba 20-40, se requiere contar
con un equipo de personas competentes, idóneas, comprometidas y apasionadas,
que se dediquen íntegramente a trabajar en pos de la visión estratégica, y en
Yacuiba existen personas con estas condiciones.
Creo que ésta es la oportunidad para
acabar y sepultar los caudillos y personalismos que tanto daño han causado, y apostar
fuerte por un nuevo modelo de gestión y gobierno basado en el equipo
multidisciplinario.
7.
La riqueza y potencia de la Yacuiba cosmopolita
Yacuiba al ser una ciudad fronteriza con
la Argentina con principal actividad económica del comercio, el tejido social
está compuesto por una importante diversidad cultural, producto de la migración
derivado por diversos factores económicos, políticos y sociales.
Este tipo de pluralidad con diversas expresiones culturales,
social y material, le otorga una riqueza y fortaleza extraordinaria, que si
deseamos, podemos convertirla en una gran potencialidad y ventaja comparativa, pues
si es que esta policromía social se articula eficazmente en torno a una visión
histórica, un nervio articulador referente, a un proyecto social compartido, se
puede convertir a Yacuiba en un gran polo de desarrollo, aprovechando al máximo
las fuerzas, la creatividad, habilidades, vocaciones, talentos, capacidades,
etc., de la diversidad social.
Al margen de este mosaico
sociocultural, Yacuiba posee una gran riqueza indígena que no ha sido aprovechada
y potenciada, por lo que este asunto es un tema pendiente de atender de manera
prioritaria.
8.
Desaparición casi total de los partidos políticos
La profunda crisis política de
desinstitucionalización que se ha producido, ha evidenciado y dejado un campo
político sin la presencia de partidos políticos[8]
como organización política, que prácticamente han sido desplazado y desaparecido
como estructuras orgánicas intermediarias entre la sociedad y el Estado, como generadores
de “bienes políticos” para la resolución de los problemas, conflictos y
tensiones.
La desaparición del campo político de
los partidos políticos como estructura orgánica, no significa que los viejos
políticos también hayan desaparecido y automáticamente estén relegados y fuera
del escenario. Al desaparecer los partidos, los viejos cuadros que quedaron al
aire, se han reciclado rápida y hábilmente en otras organizaciones, por lo que desde
ese tiempo, están haciendo todos los esfuerzos desde ahí, para mantener y
sostener el actual modelo y estructura obsoleto, pues ante esta situación, es
necesario identificar y extirpar las fuerzas ocultas que sin duda no van a
permitir, y van a emplear todos las ardides y trucos para resistir el desarrollo
del proceso de transformación, porque sin duda ellos sabes muy bien que sus
intereses de poder serán afectados seriamente.
Ante la ausencia de los partidos
políticos, ingresaron en escena como interpeladores, y después como mediadores,
organizaciones ciudadanas como los comités cívicos, plataformas, organizaciones
sociales corporativas, etc., tomando protagonismo en las decisiones públicas transcendentales,
sustituyendo casi por completo a los partidos políticos .
Esto muestra la decisión de participación
directa de los ciudadanos a través de estas organizaciones, y una oportunidad
para reorganizar la sociedad, a partir de esta crisis.
Sin embargo, considero que la
presencia de los partidos políticos es muy importante e imprescindible para la
vigencia de la democracia, porque hay la necesidad de generar marcos legales e
institucionales para limitar los usos y abusos del poder por quienes lo ejercen,
a través de lo que se denomina el equilibrio de los pesos y contrapesos.
9.
Hay una nueva conciencia política intergeneracional
Sin duda que la crisis de octubre de 2019,
ha gestado en los ciudadanos una nueva conciencia política intergeneracional,
en el que existe un sentido de (co) responsabilidad sobre nuestro futuro y
porvenir como colectividad. Como nunca ha sucedido, la clase media se ha
politizado de manera importante y oportuna.
Hay un sentimiento evidente en el
ambiente, que el compromiso y responsabilidad de transformación es de todos, y
no solo de una parte de la sociedad o de la clase política, por lo que ya no se
puede pensar en nuevos proyectos desde la parcialidad o una élite reducida,
sino desde una visión holística e integradora.
Es el momento no solo de la
recuperación de la política para los ciudadanos, sino de su ejercicio eficaz a
través de la generación de condiciones adecuadas para el desarrollo de una
nueva forma de hacer política, empoderando al ciudadano, como verdadero titular
de la soberanía y depositario del poder público.
Es la oportunidad para la construcción
entre todos de una nueva sociedad con espíritu liberal y moderna, en el que el
centro de interés y razón, sea el bienestar y progreso del ciudadano.
10.
Un (nuevo) proyecto de sociedad incluyente
Finalmente, creo que nos encontramos
en un momento muy propicio para debatir, reflexionar y definir seriamente
nuestro futuro, tomando una decisión que nos garantice mejores condiciones
sociales, económicas y culturales para todos.
Ha llegado el momento para hacer un
alto y realizar una evaluación rigurosa, crítica y profunda sobre el
funcionamiento y los resultados del actual sistema, y replantearnos seriamente
el modelo del extractivismo primario exportador secante y exacerbado de
materias primas, y la dependencia casi total de las regalías hidrocarburíferas,
y decidir transitar hacia un nuevo
modelo, que debe ser diseñado y construido desde las esferas de poder con la
plena y activa participación ciudadana.
¿Quiénes son los responsables de la
situación actual? Sin duda que es la clase política, porque para eso existe la
misma. Pero en este caso especifico, son los políticos atenienses, los
intelectuales, los filósofos, los pensadores, los profesionales, los que tienen
formación en asuntos públicos, son los responsables de generar conocimiento,
ideas, abstracciones, proyectos, horizontes, orientados a resolver los grandes
problemas de la sociedad.
Técnicamente la responsabilidad es de
los que se dedican a filosofar, los que se encuentran en la cima de la pirámide
social, y no del pueblo[9]
que tiene definido su rol en el mundo. Con esto de filosofar, me refiero a las
personas que tienen la facultad entrenada y desarrollada para la generación de pensamiento
a través del cual les permite contemplar, investigar interpretar, analizar y
reflexionar sobre un tema en particular con el fin de conocer, entender, interpretarla
y resolver con presupuestos la realidad.
En la Filosofía se dice, pensar para
conocer. Es decir, cuando se conoce algo lo próximo que debe hacerse es
realizar un análisis y descifrar el por qué existe, cómo lo hace y cómo se
relaciona con nosotros y nuestra realidad.
La finalidad de la filosofía es
cambiar o transformar algo material o inmaterial, entendiendo primero la
realidad, comprendiéndola, para luego crear un sistema de ideas propulsoras y
referenciales que se convertirán en el instrumento eficaz de la evolución y
transformación.
El nuevo proyecto de sociedad debe
contener una clara visión estratégica de largo plazo y un relato que debe ser convergente,
de unidad e inclusivo, en el que se encuentren insertos los profesionales,
empresarios, intelectuales, clase media, popular, campesinos, jóvenes, mujeres,
adultos mayores, etc., con un objetivo claro y central para la mejora continua de
vida de todos.
Creo que el gran reto y desafío histórico de Yacuiba, es
provocar e impulsar una ruptura brusca con el actual sistema establecido, para
la transformación profunda, estructural, incluyente, sostenible y sistemática,
sobre la base de un proyecto de una nueva sociedad de acuerdo al contexto y
futuro.
La Agenda Yacuiba
20-40 es una seria, amplia, reflexiva y trascendente propuesta programática
transhistórica disruptiva, visionaria, emancipadora, vanguardista, aspiracional,
superadora, alternativa y viable de (nueva) sociedad, conteniendo energía
lumínica que señala el camino virtuoso para la construcción entre todos y para
todos, la “Nueva Yacuiba del Siglo XXI”.
Hay una necesidad apremiante y urgente por encontrar nuevos
cauces de desarrollo, que estimulen el emprendimiento, la creatividad y la
innovación, en la búsqueda de un crecimiento y un desarrollo sostenible,
equitativo e inclusivo.
La decisión está en nosotros mismos y en nuestras manos.
Yacuiba, enero 5 de 2020
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E-Mail: farfan2007@gmail.com
[1] Es una Propuesta
Programática disruptiva de Cambio y Transformación, para Construir entre Todos
y para Todos, la “Nueva Yacuiba del Siglo XXI”. Es un desafiante y prometedor
proyecto visionario, vanguardista, aspiracional y superador de Municipio
(sociedad) moderno, inteligente e incluyente, que tiene como objetivo mayor,
echar los cimientos firmes y sólidos, y construir el andamiaje y estructura
institucional de la “Nueva Yacuiba del Siglo XXI”, creando, adiestrando y
liberando resueltos y audaces Lobos Emprendedores, generadores de riqueza y
valor, que serán los que en este ecosistema propicio y apropiado, enciendan y
hagan funcionar los diversos motores económicos productivos de Yacuiba,
gestando y ofreciendo Oportunidades Para Todos, para el crecimiento,
desarrollo, seguridad y bienestar de los yacuibeños.
[2] “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados
diferentes”. Albert Einstein
[3] El caciquismo es una forma
distorsionada de gobierno local donde un líder político tiene un dominio total
de una sociedad del ámbito rural expresada como un clientelismo político. Este
sistema tuvo su expresión más difundida en América Latina en diferentes
periodos de su historia. En España y algunos países latinoamericanos se usa
peyorativamente la palabra "cacique" para aludir a quienes detentan
el poder de redes clientelares aunque nada tengan que ver con los pueblos
originarios de América. Los caciques pueden controlar el voto de sus clientes
por lo que pueden negociar con los políticos centrales y ser la cara y base del
partido. De esta forma se crean "democracias" que en el papel
funcionan pero que no son el gobierno del pueblo. Funcionaron durante el siglo
XIX y gran parte del siglo XX en muchas regiones de América y España.
[4] Con
“ideas nuevas y serias” me refiero a la posesión de propuestas programáticas
sistematizadas, formales, sólidas y sostenibles, resultado de investigaciones,
estudios y reflexión, con respaldo técnico de posible ejecución según
cronograma, que identifiquen y resuelvan los problemas estructurales de la
sociedad.
[5] Poder Autonómico Nacional,
liderados por los residuos de los partidos tradicionales barridos por el MAS
del campo político; WIlman Cardozo (MIR), Carlos Brú (MNR), Jorge Arias (MBL),
Rubén Vaca (MNR), Lorgio Torrez (MNR), José Amás (MNR) y José Luis García
(MIR). Fue un experimento político con resultados desastrosos, inviable.
[6] En la historia de la
Antigua Grecia destacaron dos grandes ciudades que fueron grandes rivales por
tener grandes diferencias a la hora de organizarse y de gestionar el
territorio. Me refiero a Atenas y Esparta, ciudades que estaban muy cercanas
geográficamente, pero que estaban muy alejadas ideológica y políticamente.
Estas dos ciudades de la Antigua Grecia fueron dos modelos diferentes de
evolución y desarrollo social; por un lado, Atenas fue una sociedad democrática
y que apostó por el conocimiento, filosofía, comercio y las artes, por otro
lado, Esparta, fue un estado de cáliz militar donde había una clara clase
dominante que se imponía al resto, con un clara alma militar.
[7] La
Facultad Integral del Gran Chaco de la Universidad Juan Misael Gran Chaco,
desde hace varios años forma profesionales en Gestión Pública.
[8] Se denomina como partido
político a las asociaciones de interés público que representan y transmiten las
solicitudes de los ciudadanos y promueven su participación en la actividad
democrática. Los partidos políticos se forman con la finalidad de contribuir y
determinar la actividad política de un país, así como para prestar apoyo y
atención a los ciudadanos a fin de que sus necesidades o solicitudes sean
canalizadas y direccionadas hacia los entes públicos correspondientes. Es
decir, los partidos políticos son los mediadores entre la sociedad y los entes
del Estado, expresan el pluralismo y la voluntad de los ciudadanos, por tanto,
son un instrumento importante para el trabajo político. No obstante, cabe
recordar que los partidos políticos no tienen poder público ni orgánico pero sí
tienen relevancia pública.
[9] El
pueblo no tiene tiempo y recursos para esto, sino la élite política que se
encuentra en la cima de la pirámide social.