EL DEDO EN
LA LLAGA
La Asamblea Regional y el
trastorno de Síndrome de Estocolmo
Yacuiba – Gran Chaco
"No es la forma de gobierno lo que constituye la
felicidad de una nación, sino las virtudes de los jefes y de los
magistrados". — Aristóteles.
Fue un
grave error de la Asamblea Regional el haber designado a José Quecaña como Ejecutivo
transitorio. No se que habrá pasado de por medio, para que los asambleístas agachen
la cabeza y cumplan las órdenes de los ejecutivos, porque días antes de la
designación, los ejecutivos se han reunido y ellos han decidido quién era al
que debía designar la Asamblea Regional. Realmente vergonzoso. Toda la culpa no
la tiene Quecaña, también los asambleísta. Ellos mismos no se respetan. Han
perdido autoridad y personalidad desde el inicio.
El trastorno
del síndrome de Estocolmo, es una reacción psicológica en el que la víctima de
un secuestro, desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo
afectivo con su captor. Creo que esta asamblea regional, de manera inequívoca,
padece de este tipo de síndrome.
Hace
días atrás, por enésima vez, el ejecutivo regional transitorio José Quecaña
(MAS), nuevamente se ha despachado una serie de deslices que raya en la ordinariez,
a los que nos tiene acostumbrado desde hace mucho tiempo. Quecaña desde que se
ha convertido en figura pública, tiene la característica de ser muy pintoresco,
chabacano y jacarandoso en sus declaraciones y accionar.
Siempre
ha demostrado tomar los asuntos público de manera liviana e irresponsable. Prueba
de ello fue su paso intrascendente por la Asamblea Departamental, la Subgobernación
y la administración y dirección de Petrolero del Chaco, que por sus
chambonadas, cayó de la Liga Profesional.
Quecaña
ha demostrado que no tiene ninguna formación en política, mucho menos en gestión pública (y no necesariamente esta
formación debe ser académica) a pesar de que hace política desde hace casi 15
años. Es uno de los que llamo, ‘políticos de ocasión’. Da la impresión que no
ha aprendido a comportarse como hombre público, a pesar de haber tenido cargos
muy importantes. Siempre que habla ante la prensa, dice algo que hace escarnio
de su investidura como autoridad electa, y genera vergüenza ajena. Hay que recordar
las ‘quecañadas’ (como ha bautizado
la prensa tarijeña a sus deslices) en su gestión como asambleísta
departamental. Ahora como Ejecutivo Transitorio, los derrapes se convirtieron
en norma y usual.
Quecaña
desde el inicio de su gestión como subgobernador primero, después como ejecutivo
transitorio, ha demostrado desprecio, hasta falta de respeto y consideración
por la Asamblea Regional del Gran Chaco. Nunca le he encontrado una explicación
razonable a esa actitud inamistosa, tomando en cuenta que fue asambleísta departamental
por el lapso de 5 años, convirtiéndose en el hombre fuerte del tristemente célebre
gobernador interino Lino Condori. O sea, que sabe de los recovecos, los
entresijos de la actividad legislativa.
En el
lapso de cinco meses del año pasado (2017) que estuve prestando mis
servicios de asesor de gestión en la Asamblea
Regional, he constatado esta actitud hostil y de desprecio del Quecaña de
manera deliberada y a propósito hacia la Asamblea Regional.
En el
tiempo que me permitieron formar parte de la Asamblea regional, junto a los
demás asesores hemos redactado el nuevo Reglamento de Debates, adecuado a
Estatuto Regional. Mi posición sobre su naturaleza, era que ante la ausencia de
la cualidad legislativa (factor potestativo de reproducción jurídica), la Asamblea
Regional debía acentuar su función como una entidad fiscalizadora, y para ello
debería dotarse de un Reglamento que constriña a los asambleísta a ejercer ese
mandato de manera imperativa, creando instrumentos efectivos de ejercicio del
poder contralor.
Lamentablemente
el Reglamento no ha cobijado todo lo que personalmente pretendía en materia de
fiscalización, pero he logrado que se genere un debate sobre la importancia de
la fiscalización. Se han introducido algunas
de mis sugerencias, pero no con el vigor que pretendía. Se ha debatido
mucho la creación de diversos instrumentos, con potencia y efectividad.
Recuerdo que varios asesores no compartían mi visión, y hemos tenido debates
muy subidos de tono, muy creativos, enriquecedores y constructivos. Como las
decisiones se tomaban por consenso, se ha optado por reducirle bastante potencia a ese rol,
pues varios temían acciones legales de parte
del Ejecutivo Regional, por la efectiva vigilancia que deseaba establecer.
Hubiera sido muy sintomático que el Ejecutivo Transitorio demandara ante
tribunales a la Asamblea Regional, buscando no ser fiscalizado como corresponde.
Políticamente podría haber servido para medir fuerzas. Excusa perfecta para sentar
precedentes.
Considero
que la Asamblea Regional tiene una falencia/vacío muy importante, que es la
falta de la cualidad legislativa, pero ésta podría llenarse con una efectiva y
firme fiscalización, que hasta la fecha no ha logrado desempeñar mínimamente.
Hay mucho cuestionamiento (y justificado) de la población por la
intrascendencia de la Asamblea Regional en los asuntos públicos. Según algunas
encuestas, la Asamblea Regional es la más cuestionada y la que más baja
calificación tiene de la población.
La
Asamblea Regional en los hechos, se ha convertido es amanuense del Órgano Ejecutivo,
se ha transformado en una caja de resonancia, es reactiva a las voluntades del ejecutivo.
Sin
embargo, lo que hasta ahora para mi es un insondable misterio es el gusto y
placer profundo que le encontraron los asambleístas regionales a estos
desplantes vergonzosos y humillantes del Ejecutivo transitorio. Por eso para el
Ejecutivo la Asamblea está pintada, de balde.
La
gran mayoría de los actuales asambleísta, siempre han mostrado una actitud mansa,
dócil y sumisa ante el Ejecutivo regional, demostrando un comportamiento a
contramano de lo que el Estatuto Regional establece como deber y rol.
Cuando
la Asamblea Regional tuvo la posibilidad de ejercer materialmente la autonomía
regional designando de entre sus
miembros al Ejecutivo transitorio, ha renunciado a su cualidad, para devolver
al nivel central la capacidad, para que sea la Asamblea Legislativa
Plurinacional, la que defina de acuerdo a la voluntad política del Gobierno
Nacional. Es por ello que la designación del Ejecutivo, no fue de un asambleísta,
sino a un subgobernador, perteneciente al otro nivel de gobierno autonómico
(ETA). Fue vergonzoso, la misma Asamblea Regional le ha propinado una certera
puñalada a la autonomía regional.
La
otra traición en contra de la autonomía cometida por la Asamblea Regional después
de aprobada la Ley (Ley Nº 927) por el nivel central, fue escoger como
ejecutivo transitorio al peor de los tres, al antiautonomista histórico, al más
incapaz, al menos comprometido con la Región, al que ha demostrado ineptitud en
la gestión pública; José Quecaña.
A mi juicio,
la persona más idónea para ese delicado cargo, era Lorgio Torrez, porque conoce
del proceso, es un chaqueño de verdad que estuvo desde el inicio en la pelea
por la autonomía. Nuevamente los comentarios de la circulación de los gordos
maletines negros, ocupó la agenda de la chismografía y maledicencia en los
pasillos. El único que ha mantenido coherencia política, fue el asambleísta por
Villamontes Juan García.
Fue un
grave error de la Asamblea Regional el haber designado a José Quecaña como Ejecutivo
transitorio. No se que habrá pasado de por medio, para que los asambleístas agachen
la cabeza y cumplan las órdenes de los ejecutivos, porque días antes de la
designación, los ejecutivos se han reunido y ellos han decidido quién era al
que debía designar la Asamblea Regional. Realmente vergonzoso. Toda la culpa no
la tiene Quecaña, también los asambleísta. Ellos mismos no se respetan. Han
perdido autoridad y personalidad desde el inicio.
El Ejecuto
transitorio, tiene literalmente secuestrada y completamente controlada a la Asamblea
Regional sometida a hacer lo que su voluntad le place. Hay que recordar las denuncias
que hizo la asambleísta regional María Renee Barrios sobre la corrida de
maletines negros, que para la aprobación de la ley que ha dispuesto de la
competencia autonómica, devolviendo la cualidad al nivel central,. He
participado de dichas sesiones, y fue mu evidente las reuniones reservadas,
cargadas de tensión y nerviosismo en los momento previos a las sesiones, o los cuarto intermedios para
‘consensuar’. Varios cambiaron de posición, de un momento a otro de manera
inexplicable.
Quecaña
siempre ha remitido a la Asamblea Regional documentación desprolija,
descomedida e incompleta, y siempre al filo del cumplimiento del plazo. Además
de ejercer presión a través de terceros, en algunos de los casos conflictivos.
La Asamblea siempre ha agachado la cabeza, y ha aprobado sin chistar, cuidando
de no hacer ninguna modificación, para no molestar al Ejecutivo. Hay
asambleístas por demás de serviles, siempre me pregunté si es gratis el
servilismo. Esta actitud infamante y rastrera de la Asamblea Regional, me ha
llamado profundamente al atención, y siempre he tratado de buscar alguna explicación,
y hasta ahora no la he encontrado.
He comentado
esta situación que me preocupa mucho con varios amigos, tratando de encontrar
algunas explicaciones, Incluso he hablado con varios exasambleistas, tratando
de encontrar alguna disquisición, a tan profundo misterio. He escuchado
diversas opiniones. Por ejemplo, que algunos asambleístas tienen negocios
empresariales a través de contratos con los ejecutivos, por lo que este tipo de
vínculo les imposibilita actuar como corresponde. Que los asambleísta no tienen
personalidad, como tampoco capacidad para el ejercicio del cargo, lo que les impide
asumir sus competencias como manda la ley. Sin embargo hay que recordar que
cada asambleísta tiene un asesor de gestión, y todos los asesores que conocí, son
muy competentes y varios de ellos con mucha experiencia. Otro me dijo, que la circulación
permanente de gruesos maletines negros hace que los gallos no canten, porque
justamente esos maletines atraviesan la garganta de los gallos. Al parecer son
muy poderosos esos maletines.
Debo
confesar que no me consta nada de lo gramado y variado que escuché, por lo no encuentro
hasta la fecha una respuesta que satisfaga mi enérgica sed de resolución del
misterio .
Hace
días, sobre la declaración de desastre natural en el Gran Chaco, el ejecutivo transitorio
José Quecaña señaló que hará el trámite de la declaratoria ante la Asamblea Legislativa
Departamental, puenteando a la Asamblea Regional. Y como para dejar claramente establecido
su desprecio y menosprecio, señaló suelto de cuerpo que va a hacer conocer a la
Asamblea Regional solo ‘por respeto’, por que ésta ‘no tiene peso’.
Le
verdad que me ha causado mucha indignación este tipo de afirmación, a pesar que
fui desvinculado laboralmente de la Asamblea Regional en julio del 2017. Escribí
un tuit, y tomé contacto inmediato con varios asambleístas y asesores, para
hacerles conocer mi indignación, y les he sugerido que apliquen el Reglamento
que se ha aprobado el año pasado. Les propuse que de inmediato convoquen a una
sesión al Ejecutivo a hacer una explicación y ampliación de lo que quiso decir
públicamente.
Aquí
viene lo anecdótico. Después que pasaron tres días de la declaración, la
directiva ha improvisado un conferencia de prensa, en que la tímidamente le
anuncian que podrían revocarle la designación. Puro teatro. Me imagino que el ejecutivo
Quecaña ha escuchado esas declaraciones y se revolcó en su despacho
desternillándose de risa.
Aquí
viene lo más interesante. Hoy miércoles la Asamblea regional tuvo una sesión en
Villamontes, en la que han debatido de manera sobreabundante por el lapso de
casi 5 horas el tema, y han resuelto mandarle una carta en la que le hacen unas
‘recomendaciones’ (en serio). Le recomiendan dar cumplimiento a la Ley Nº 602.
Muy tiernos los asambleístas. Quizás son efectos del carnaval.
Más
adelante le recuerdan (por si acaso se le olvidó) al ejecutivo transitorio que
fue posesionado por la Asamblea Regional. En la tercera recomendación le recuerdan
que debe cumplir con lo que manda el Estatuto. Más amorosos y tiernos, no
podían ser los asambleístas regionales del Gran Chaco. Se despiden manifestándole que muestran su
entera predisposición de colaboración. Muy románticos.
Parece
que el Ejecutivo tiene nomás razón cuando afirma que la Asamblea Regional no
“tiene peso”, porque demuestra no tener peso, no tener personalidad, autoridad,
impronta.
O sea
que la conferencia de prensa, fue una paradita de gallo catalán. Puro teatro, y
teatro malo.
Lo que
debería hacer la Asamblea Regional, es conminarlo a que explique sus declaraciones
de prensa y llamarlo a la compostura y
respeto entre órganos.
Un
amigo me pregunta qué hubiera hecho, si fuera asambleísta. Le dije, que inmediatamente
escuchado el despropósito de la declaración del Ejecutivo, hubiera cursado una
carta a la presidencia de la Asamblea Regional exigiéndole que convoque al
Ejecutivo y fije fecha para una sesión extraordinaria en el menor tiempo posible.
En la sesión debe explicar con detalle, acerca de lo que dijo en los medios.
Para ejercer presión, inmediatamente hubiera a convocado a los medios para explicar
mi posición. Nunca hubiera dejado pasar este tipo de conducta impropias. Este
es el pecado original de la Asamblea Regional.
Este
tipo de iniciativa, no es necesario poner a consideración el pleno. El presidente
está obligado a convocar al Ejecutivo, a sola petición de un asambleísta, por
lo que no se pone a consideración de votación. Es por eso que me llama la
atención la pasividad de los asambleístas que se dejan golpear de manera
inmisericorde, como si les gustara el dolor. Como masoquistas.
El
pequeño problema es que no soy asambleísta. Sólo queda en buena idea/intención y
en una posibilidad que se la lleva el viento, porque los ciudadanos comunes y
corrientes como yo, no tenemos poder público investido.
Este
tipo de circunstancia no puede seguir, pues la Asamblea Regional se convierte
en una entidad ociosa e inútil con una carga presupuestaria pesada para la
Región, que no le reporta resultados por ningún lado. Si la Asamblea regional
no va a fiscalizar, entonces que va a hacer?
La
Asamblea Regional es sedentaria, improductiva, obesa en comparación
proporcionalmente con otras similares, lo que no le permite desarrollar sus
actividades como la población espera. Un experto reconocido en autonomías y
gestión pública me decía el otro día en Santa Cruz, que deben pasar por lo
menos tres generaciones de asambleístas para que una nueva entidad comience a
‘asentarse’ y cualificar su trabajo. El problema de fondo es la calidad de los
miembros, no del modelo. La calidad de los componentes del cuerpo es muy baja.
Tienen el problema de lo que sucede en la Asamblea Plurinacional. El problema
no es cantidad, es calidad.
Porque
hablando de las otras condiciones (legales, logísticas, humanas, y económicas),
la Asamblea Regional tiene un jugoso presupuesto anual en relación su pares,
tiene una burocracia que pasa las 70 personas, tiene oficinas en los tres
municipios, cada asambleísta tiene un asesor de gestión altamente cualificado,
hay técnicos muy competentes y experimentados, cada asambleísta tiene un potente
y portentoso vehículo con chofer a disposición plena y absoluta las 24 horas, y
los feriados y fines de semana. Y los sueldos de los asambleístas y del personal
es muy bueno.
Me
causa mucha pena y tristeza cómo es tratada la Asamblea Regional por el Ejecutivo
Regional, y ellos muy felices, disfrutando de manera plácida. Es un problema
muy serio de identidad y personalidad.
Me
causa preocupación también, que la Asamblea Regional no es trascedente. Hay que
recordar que ésta es la segunda gestión, por lo que ya debería tener un espacio
en la Región. Hasta la fecha no ha encontrado su lugar en la Región, no sabe qué
rol cumple. Lo primero que debe definir es el papel que debe cumplir en la Región
del Gran Chaco. La ley establece que es la Fiscalización y la Planificación, y debería
enfatizar en estas acciones contraloras.
Finalmente,
considero que la Asamblea Regional es corresponsable del congelamiento del
proceso de la Autonomía Regional. Si la Autonomía Regional no marcha, es porque
la Asamblea Regional es cómplice de esa acción, ya que no ejerce su rol de impulsor
del proceso a través de políticas, programas, normas. Este tema es motivo de
otro escrito. (Yacuiba 07/02/18)