Periodistas No
Esteban Farfán Romero
@EstebanFarfanR
No hay duda que el fenómeno Evo Morales fue
producto de los medios de comunicación de la época. Cuando Morales comenzaba a
emerger, su aliado más efectivo y poderoso que hizo de dique, fue sin duda la prensa.
Muchos periodistas se solidarizaron con la causa del dirigente cocalero, porque
era la víctima del régimen de los gobierno tradicionales. Eran tiempos en que
la prensa independiente le servía de plataforma, altavoz y canal para la
reproducción de su poder y difusión/amplificación de su relato.
La prensa era su aliado porque Morales
estaba al otro lado del mostrador. Era opositor, y de los duros e implacables. Evo
muchas veces apretó el cuello del país con sus bloqueos y cortó las venas del
país no permitiendo la circulación de la sangre por varios días, sin medir las
consecuencias. La prensa siempre estuvo a su lado a pesar de estas locuras.
La prensa no solo fue un canal para la
distribución masiva de su mensaje, sino que fue su aliada, incluso, comprometida
con la causa del dirigente, otorgándoles espacios muy importantes y
privilegiados. Muchos periodistas se mudaron literalmente al Chapare para hacer
seguimiento in situ y de cerca, de
las acciones política del cocalero. Morales era una vedette, generaba la
atracción de una celebridad de cine, un cantante popular.
Pero una vez en el poder, abierta y
desembozadamente declaró la guerra a la prensa. Muchas veces los ha insultado,
ridiculizado, descalificado y cortado la palabra. Y si había conferencias de
prensa eran sin preguntas, sólo los medios internacionales tenían ese
privilegio.
Lo más triste es que la mayoría de sus
victimas eran los obreros de la prensa; los noteros de calle. ¿Qué paso? ¿A que
se debió el cambio? ¿Por qué un gobierno que se etiqueta de popular y alta sensibilidad,
ahora se porta implacable con sus ‘amigos’ periodistas. Una sola respuesta lacónica; el
poder.
Lo que pasa es que el poder cambia a las
personas. Uno de los siete sabios de Grecia, Pítaco de Mitilene, hace 2.500
años dijo: "Si queréis conocer a un hombre, revestidle de un gran poder.
El poder no corrompe, desenmascara."
Al principio el Gobierno fue torpe, por lo
que rápidamente cambió su táctica al evidenciar que su imagen de indígena
podría deteriorarse. Decidió utilizar la sutileza, como diría un militar, la
presión controlado, el golpe blando.
La mejor forma de controlar el contenido de
los medios fue comprándolos, cooptándolos. El periodista Raúl Peñaranda que fue
victima de la presión, escribió un libro (Control Remoto), en el que describe
el cambio editorial de varios medios y las negociaciones discretas.
Producto de esta operación, evidentemente
muchos medios se encolumnaron y todos se cuadraron ante la agenda setting del
gobierno.
Periodistas como Arturo Mendivil (Sittel), Jorge
Tejerina (Cadena A), Carlos Valverde (PAT), Gary y Sissy Añez (PAT), Raúl
Peñaranda (Página Siete) Eddi Luis Franco (PAT), Enrique Salazar (Red Uno),
Amalia Pando (Erbol) y ahora John Arandia Cadena A) se vieron obligados (por la
presión) a abandonar sus medios (fuente de trabajo) me manera apoco ortodoxas,
y nada claros. Los medios no saben cómo explicar la acción, y emiten
comunicados inverosímiles.
En los pasillos se dice que el Gobierno
presiona a través de los impuestos, la pauta publicitaria y hasta con la amenaza
de no renovar la licencia pidiendo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja
de plata. Y le da resultados. Cada vez se quita del camino a periodistas
librepensantes que se atreven a cuestionar al poder.
El problema es que tenemos un gobierno que
le causa urticarias la prensa independiente, aquella que hace su trabajo, aquella
que están tras la verdad o verdades, aquella que denuncia, que critica, que
interpela, que exhiben, que hace su trabajo.
Me asombra e inquieta el alto grado de
intolerancia a la crítica y al pensamiento diferente que posee este Gobierno. Hipócritamente
nos dicen con recurrencia que son democráticos y con alta sensibilidad social,
pero los hechos lo contradicen.
A mi juicio, los periodistas bolivianos por
naturaleza son muy magnánimos, piadosos, muy considerados y educados porque son
ceremoniosos, protocolares y tímidos. Son contados con la mano los periodistas
arrojados, firmes y duros con el poder. Hay poca cultura de investigación, son
muy coyunturales y superficiales, quizás porque los medios son muy débiles.
A nuestro alrededor, Brasil, Perú, Chile y
la Argentina, la prensa es un verdadero poder que pone en jaque al gobierno con
sus investigaciones. Quizás porque los medios son emporios económicos con
independencia financiera y porque las universidades arrojan periodistas, y no
sólo comunicadores sociales.
Ser periodista no es ser propagandista del
poder, sino su interpelador, el canal que facilita exposición de la realidad. El
gobierno no quiere periodistas, sino preconizadores, gacetilleros,
relacionadores públicos, amanuenses, escribanos. "Periodismo es publicar
lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones
públicas". George Orwell. (Yacuiba 10/08/15)
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