"No vemos las cosas como son realmente, sino que más bien las vemos como somos nosotros".
Anaïs Nin
Por Esteban Farfán Romero*
Villa Montes tiene muchas potencialidades, muchos motores que están esperando que alguien los encienda, pero tiene/tuvo muy malas autoridades, con escasa visión estratégica, lo que hizo que se pierda una fabulosa oportunidad. Lo mismo le ha sucedido a Yacuiba y a Caraparí.
Pero no es tarde, no todo está perdido. Se puede aprovechar esta circunstancia de crisis, para proyectar Villa Montes hacia un futuro determinado, pactado, consensuado de manera colectiva, en el que todos, tiren y empujen el carro, haciendo su aporte desde su espacio, a un proyecto de sociedad con dirección y rumbo.
El 27 de diciembre pasado, la ciudad Benemérita de Villa Montes celebró 116 años de su creación. La pandemia ha hecho que las recurrentes y tradicionales actividades de celebración, sean alteradas, por lo que los festejos se han reducido a una Sesión de Honor del Concejo Municipal.
El principal orador, como es usual en estos casos, ha sido el alcalde municipal, Rubén Vaca. He seguido con especial atención los términos del mismo, y me ha llamado mucho la atención varios aspectos, lo que ha motivado la redacción de esta columna de opinión.
Rubén Vaca es mi amigo, lo aprecio y lo admiro mucho, porque posee un escaso y privilegiado olfato de labrador Golden que muy pocos ostentan, lo conozco desde hace casi 20 años, y varias veces nos hemos enfrascado en apasionadas y seminales discusiones, sobre temas estructurales del Chaco y de Villa Montes, intercambiando profundas divergencias en las visiones políticas y filosóficas, en la mayoría de ellas, en las antípodas ideológicas, desde cuando decidió migrar al MAS. Este año 2022, este tipo de conversaciones para la televisión, las haré pública a través de un programa pregrabado.
Vaca en su discurso arrancó demandando solemnidad, que significa que se debe celebrar con pompa o formalismos extraordinarios. Sin embargo, cometió un sincericidio, al confesar que no había preparado el discurso que iba a pronunciar, por lo que pasó a improvisar, algo que contradecía lo que acababa de demandar. Grave tropezón, error de formalidad, porque ese acto, ha deslucido el mismo.
El no haber preparado de manera reflexionada y metódica un discurso ilativo con uno o varios mensajes coherentes centrales, es una falta de respeto a la fecha histórica y a los asistentes, y más aún confesarlo abiertamente. Estos accidentes, por formalidad se disimulan, no se confiesan.
En política, las formas y las acciones son muy importantes, porque al ser simbólico (semiótico), es la proyección representativa fáctica del poder puro expresado, y todo lo que haga o deje de hacer el actor investido (político), emitirá un mensaje, y ese mensaje genera si o si efectos en el ciudadano gobernado.
Inmediatamente abordó el tema caliente, el conflicto en ciernes de límite territorial con Yacuiba, mostrando una actitud belicosa y desafiante. No sé si contribuye a la resolución del problema este tipo de poses, creo que lo prolonga, lo extiende, porque lo que hace es avivar las pasiones reptilianas tribales, cuando sobre esta disputa hay que sentarse a negociar/acordar con la cabeza fría. Quizás la intención del alcalde fue aprovechar la circunstancia para mandar un mensaje en dos direcciones: una, para cohesionar hacia el núcleo para la defensa, y otra, enviando un mensaje provocador a Yacuiba. Sin embargo, este tipo de acciones son propias cuando hay debilidad y sentido de amenaza, pero bueno.
Luego se refirió a un tema que me apasiona mucho y vengo estudiando y reflexionando desde hace muchos años, el desarrollo. De manera frontal y directa, afirmó que es necio (no inteligente), aquel que no reconoce que Villa Montes no ha avanzado en los últimos 20 años, y reveló su preocupación porque hay una actitud pesimista en el ambiente, por lo para contrarrestar este estado de ánimo, de forma facilona y simplista sugirió ‘ser optimistas’ (sic), porque según él, la realidad empírica que todos certificamos, no es la realidad.
Para apoyar la racionalidad de su posición, señaló que en Villa Montes hay un Hotel de cinco estrellas, deportistas destacados, edificios imponentes como el mercado central, unidades educativas o otros. Cualquier estudiante de economía se avergüenza de este tipo de argumentos, pero bueno es el alcalde, electo por voto popular, pues se supone que es inteligente, ¿quiénes somos nosotros para decir lo contrario? Es el elegido por voto popular.
El otro día escribí un tuit sobre una estúpida declaración de una conocida autoridad electa del Chaco. Al leer mi publicación, me llamó bravo para decirme que no soy quién, para cuestionar lo que dice o deja de decir, ‘porque es una autoridad electa por el voto popular en las urnas’ (sic), y lo que sale de su boca es representación de lo que el pueblo piensa. Aunque en ningún momento cuestioné su elección (legitimidad), sino una absurda declaración producto de su ignorancia de lo que es la política. Uy, qué profundidad filosófica lo que se acaba de mandar. Para no quedar atrás, preparé mi bola de fuego para la devolución de la gentileza, y fui a la carga. Lo que pasa, le dije, es que ese acto de ritualismo de transubstanciación política que sucedió en las urnas, al que usted alude en su defensa, no forma parte de ese paquete, la inteligencia. Estaba un amigo a mi lado, que escuchó la conversación, me dijo; ¿crees que ha entendido lo que le dijiste? No me importa, que vaya a investigar y lea un poco de teoría política, le respondí.
Volvamos a lo nuestro. Por lo expresado, siento que mi amigo Rubén Vaca, lamentablemente ha perdido el sentido de la realidad, al parecer el poder lo ha encapsulado y lo ha desconectado de lo que le pasa a diario al ciudadano común. El médico y político británico David Owen, en su famoso e influyente libro, que es resultado de una larga y prolija investigación en el mismo parlamento británico, explica por qué los políticos que de pronto tienen poder en sus manos, son presa fácil de lo que él llama el Síndrome de Hybris. Este síndrome, lo primero que hace es, alejarlos de la realidad, para una vez encapsulado, manipularlo a voluntad de este dios maligno.
Hay que tomar en cuenta, que Vaca tiene una experiencia continua de más de 30 años en política y gestión pública, en cargos muy importantes y decisorios, por lo que estamos hablando de una persona con mucha experiencia y conocimiento en estas artes. Además, Vaca es uno de los pocos políticos del Vaco que lee, y lo que dice, tiene cierta consistencia argumentativa, es por eso que mi tratamiento es un poco rígido. Esto no podría suceder con la colección de zotes que tenemos en puestos claves en el Chaco, que nunca en su vida agarraron un libro en su vida.
Pero en el caso del desarrollo de Villa Montes, Vaca ha cometido, lo que en filosofía política se llama, falacia narrativa, que consiste en direccionar los hechos de manera deliberada estirando el mismo para hacer calzar a la narración o relato personal, echando mano hábilmente, de lo que en comunicación política llamamos como un sesgo cognitivo o de confirmación, para legitimar su discurso y eludir su responsabilidad histórica.
Para no ser gravoso con un tema árido y denso, debo decir que no pretendo profundizar sobre este tema complejo del desarrollo, pues desde la Revolución Industrial, se ha estudiado y debatido profundamente y harto, por lo que haré unas referencias simples e ilustrativas a algunos conceptos.
En cualquier parte del mundo, incluyendo Cuba y Corea del Norte, no digo China, porque la China actual ya no es socialista, sino capitalista salvaje, el desarrollo de una sociedad no se mide, sólo por la infraestructura física. Hay varias teorías de desarrollo que explican este fenómeno, y absolutamente todas no se reducen sólo a la infraestructura física como argumenta mi querido amigo Rubén Vaca, aunque sí es una parte del mismo. De las teorías de desarrollo, salen los modelos, que son esquemáticos y metodológicos.
El debate de fondo y determinante para entender una teoría de desarrollo, es el rol del Estado y el mercado (sector privado). Como Vaca es masista, por supuesto su lógica de juicio, es estatista, desarrollista y colectivista, por lo que no hay posibilidad de conciliación con la mía, que es liberal, capitalista, de mercado, minarquista y libertaria. Desde esta perspectiva y escenario, puedo exponer contundentes evidencias empíricas, para rebatir a los estatistas, y demostrar que su modelo de desarrollo anacrónico, ha sido y es un total fracaso.
Más allá de este tema estructural precedente, hay elementos que están por encima de esta matriz, que es lo que el prestigioso e influyente economista estadounidense Douglas North ha teorizado, la institucionalidad. La base del desarrollo como punto de partida de los países que tuvieron un sostenido y creciente que investigó este académico, fue la fortaleza/debilidad de las instituciones políticas, económicas, sociales, académicas y culturales. Recomiendo a mi querido alcalde leer algunos de los libros de North, que, aunque son un poquito complejos, pero haciendo un esfuerzo es posible entender su razonamiento. Hay algunas versiones en español.
Otro libro muy importante que le recomiendo leer sobre desarrollo, es el best seller y harto citado, de los académicos Daron Acemoglu y James Robinson, que también es una meticulosa investigación sobre fenómenos de varios países del mundo, y concluye que no es el tiempo, los recursos naturales, la cultura, la gente, sino la calidad de la élite dominante, añadido a esto a lo que llama ellos, como “instituciones económicas extractivas e incluyentes”. Hay varios más, pero por ahora estos dos nomás.
Vaca confunde dos términos muy importantes y claves en Economía, que es, progreso y desarrollo, además a esto hay que añadir, una tercera pata que es el crecimiento. No es lo mismo progreso, que desarrollo, y crecimiento.
El que Villa Montes tenga un Hotel de cinco estrellas, es un hecho muy destacable y digno de resaltar, pero no puede ser una referencia para argumentar que hay desarrollo. Si la construcción de un mercado, unidades educativas, plazas, pavimentos y otras infraestructuras es un indicador de desarrollo, con esa lógica podríamos decir que Yacuiba es Dubai, porque aquí hay muchas construcciones grandiosas e imponentes. La construcción de obras físicas, estirando el concepto, podríamos calificar como ‘progreso’, pero no desarrollo. Vaca confunde crasamente la forma con el fondo. Yacuiba está lejos de tener una estructura productiva autónoma sostenible pues no llega al 7%, la economía secundaria de la PEA (datos de 2018, antes de la pandemia). Es igual de rentista, que Villa Montes.
Creo que ha llegado el momento de decir las cosas como son, con datos, con indicadores, con cifras en la mano, sin disfrazar y ocultando la verdadera realidad que está frente a nuestros ojos, aunque ésta sea cruda y dura. Los políticos malos (politiqueros), recurren a barnizar la realidad con retórica hueca, apelando a narrativas cargadas de sesgos y falacias, tocando teclas emocionales de la sociedad, para no asumir sus responsabilidades. Ahora que tocamos fondo, es momento de hablar claro.
En este tiempo no me mide el desarrollo tan sólo por lo que se ve, sino sobre todo por lo que no se ve. Los especialistas han inventado varias herramientas técnicas que ayudar a hacer mediciones del desarrollo como también para su monitoreo. Se apelan a indicadores económicos, humanos, culturales y sociales, que a través de complejas pero prácticas metodologías, se mide la pobreza/riqueza (PIB), Índice de Desarrollo Humano, Vulnerabilidad social (cohesión), la satisfacción (felicidad o bienestar), esperanza de vida, ecosistema para la inversión, institucionalidad, tecnología (inteligencia), seguridad jurídica, libertad económica, proyecto de vida (futuro), violencia, etc.
Todos estos indicadores económicos, humanos, sociales y culturales, se obtienen mediante diversas herramientas, dependiendo del objetivo del estudio. Uno por los que tengo preferencia para obtener indicadores integrales, es el del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), porque es completo y profundo. El monetario que usa el INE, está quedando obsoleto, por su imprecisión, y facilidad para la manipulación.
Según estos indicadores, Villa Montes tiene una pobreza global que casi llega al 70 % de su población, claro que dentro de este mapa hay clasificaciones de umbral, moderados y extremos. Estos datos muestran que Villa Montes está muy mal.
La estructura productiva de la economía secundaria de la Población Económica Activa, que es la que produce riqueza, bienes y servicios, no sobrepasa el 6 % promedio, lo que es muy preocupante. Hay una dependencia alarmante de la dinámica de los recursos naturales, del dinero que inyecta el Estado a través de la burocracia (sueldos), obras y servicios, como de empresas externas, relacionadas a la actividad petrolera.
Vaca citó la inversión privada de dos prestigiosos y simbólicos hoteles, como muestra de desarrollo, pero la verdad es que estas inversiones es resultado, a pesar de no haber incentivos a la inversión de capital, o como resultado de políticas públicas que generen un clima favorable al establecimiento de emprendimientos medianos y grandes. Sencillamente no hay, que me desmienta si falto a la verdad.
¿Cuál es el rol del Gobierno Municipal en este proceso? Vaca tiene en sus manos, un catálogo competencial de 43 exclusivas, con las concurrentes y compartidas, casi llega a 80. Las competencias exclusivas en materia de desarrollo económico, es el de generar las mejores condiciones para la atracción e instalación de capital de inversión, en diversos rubros. Eso no hay en Villa Montes, porque no hay políticas sobre esta materia. Ahora, es verdad que no es sólo responsabilidad de Vaca, sino también del Concejo Municipal, que se limita a actuar como un vista de aduana, y que su ejercicio legislativo está supeditado a las de procedimiento administrativo recurrente y las honoríficas.
Por otro lado, Vaca hizo referencia de algo que me irrita cada vez que oigo a nuestras autoridades, y que más bien por la situación actual, debería darnos vergüenza. Esto de apelar como mérito a esa muletilla que me produce chirría, que es que del Chaco salen los recursos para el país, y que nosotros aportamos generosamente de manera significativa al país, como si ese aporte fuera producto de nuestro esfuerzo, y fuera sólo nuestro. No, es resultado de la riqueza de la madre naturaleza, y esos recursos han caído del cielo, o salido de las entrañas de la tierra en este caso, fueron malgastados vergonzosamente. Este tipo de discurso está bien para los cívicos, pero no para autoridades políticas que deben mostrar cierto aplomo y seriedad en sus palabras.
El alcalde en otro tramo de su discurso, hizo alusión a “un Villa Montes que hemos soñado”, dando a entender que existe un proyecto colectivo de sociedad sistematizado de mediano y largo plazo, y que la Ciudad Benemérita va hacia allá. He averiguado, y no pude encontrar dicho documento hasta ahora, voy a seguir en el empeño.
Hay dos explicaciones sobre esta alusión; existe ese proyecto de sociedad, o simplemente es una generalidad retórica, que usa el alcalde para cubrir la inacción e inercia de su gestión.
Vaca, muy hábilmente pretende blindarse de los cuestionamientos que se hacen muchos chaqueños, sobre los resultados de las regalías y los recursos municipales en los últimos años. La gran cantidad de recursos públicos, prácticamente no ha movido la aguja de los indicadores de desarrollo. ¿Qué pasó? Se ha despilfarrado el dinero y la oportunidad histórica de sentar bases sólidas de desarrollo e independencia del rentismo.
Es muy evidente y comprensible su preocupación y angustia, porque hay un ambiente de interpelación y cuestionamiento al destino de los recursos y los pobres resultados. Yo hice un cálculo para Yacuiba, sumando los recursos de regalías, IDH y municipal, casi llega a los Bs. 10.000 millones. Estoy investigando datos de Villa Montes, por lo que en otra ocasión voy a presentar los mismos desglosados.
Así como teoriza Acemoglu y Robinson, son las élites dominantes las que definen el curso de la historia de una sociedad o nación, y no como creen los marxistas que, con su manual mágico en la mano, intentan convencer que la historia tiene un curso definido. Los hechos concretos han invalidado esta teoría, basada en la sola especulación.
Como liberal minarquista libertario, creo que la sociedad funciona de forma piramidal, jerárquica, dinámica y orgánica, y no dual contrapuestas como cree mi buen amigo determinista Rubén Vaca. En sociedades desarrolladas, en la cima de la pirámide están los filósofos, luego los capitalistas, debajo la clase política, clase media y el pueblo diverso en la base. En sociedades poco desarrolladas como la nuestra, en la cúspide, están los políticos, debajo la economía, debajo los intelectuales, clase media y pueblo.
Con este esquema, que es mucho más complejo que lo señalado, es la clase política la que define el rumbo de la historia de una sociedad, por lo que los únicos responsables de la actual situación que vivimos. Somos resultados de la historia, el presente es consecuencia directa de las decisiones tomadas en el largo, mediano y sobre todo, del inmediato pasado. Y nuestro futuro, estará determinado por las decisiones que justamente vayamos a tomar ahora. Así de clara es la cosa. Este hecho empírico, contradice lo que piensa y cree mi amigo Rubén Vaca.
Uno de los actores protagónico y coautor, como responsable de las principales decisiones, es sin duda Rubén Vaca, por lo que es absolutamente comprensible que intente todo el tiempo mover la nalga, esquivando y huyendo la jeringa.
Recuerda usted que fue precisamente Vaca el que se mostró más quisquilloso e incómodo, cuando el gobernador Oscar Montes de forma torpe e inoportuna, reveló los datos de las regalías e IDH transferidos, y diestramente de forma solapada, sugirió que nos preguntáramos ¿dónde está el dinero? ¿En qué se ha invertido? He mostrado mi desacuerdo con esta actitud deliberada. El alcalde salió al frente a responderle, como para bajar el tema de la mesa de discusión, descalificando e invalidando al mensajero, y no ha contraargumentado, que es lo que debía hacer.
En el que, sí estoy de acuerdo con Rubén Vaca, es en el que el juego en el campo político, es un asunto muy serio. Platón, hace 2,300 años afirmó que la democracia, era la degeneración de la política, porque ésta abría las puertas a que el vulgo asuma responsabilidades delicadas, sin estar preparado y capacitados para el efecto. Platón despreciaba la democracia, por los riesgos que conllevaba. La experiencia con su amigo Alcibaides, lo ha marcado mucho. En la actualidad varios filósofos muy destacados como Dahl, Sartori, Jellinek, Duverger, Popper, Canetti, hasta el mismo Bobbio, en su última carta a sus estudiantes, en sus últimos días de vida, han reconocido que la democracia ha fracasado como sistema de relación política Estado Sociedad.
El gran problema de la democracia, es que cualquiera puede tomar el timón del barco, o el volante del bus. Eso se debe a la muy baja calidad de nuestros representantes en las diversas instancias de poder del Estado. A esta situación, hay que añadir la desaparición de los partidos, como mediadores entre los dos espacios políticos, de Estado y sociedad. Esta realidad ha conllevado a la inexistencia de cuadros calificados para asumir posiciones de poder de forma oportuna. En la actualidad todo se improvisa con la mirada puesta únicamente en los objetivos pragmáticos de ocupar espacios de poder a cualquier precio, desestimando la calidad, poniendo por encima la popularidad.
Tiene mucha razón Vaca, cuando reflexiona que hay que mirar de otra forma a la política. El gran Weber, sobre la política como profesión, teoriza que hay tres motivaciones para hacer política: el reconocimiento y ascenso social, factor de poder o el dinero fácil. Este ensayo, es una joya y debería ser lectura obligada de cualquier persona que desee hacer política. Los cuadros que tenemos en la actualidad son de muy baja calidad, y esta situación es muy preocupante, porque al tener políticos de mala calidad, los resultados serán siempre de mala calidad.
Como expliqué más arriba, la sociedad toda depende y está supeditada de forma directa a los efectos que genera la dinámica política, por lo que todos debemos interesarnos en ella.
Hay varios autores como Pareto, Mosca, Michel (que fue discípulo de Weber), Ortega y Gasset, Foucault, Nietzsche, Hegel, Smith, Heidegger, cada uno con sus matices, explican con detalle sobre la importancia del poder público en el progreso o fracaso de una sociedad.
Villa Montes tiene muchas potencialidades, muchos motores que están esperando que alguien los encienda, pero tiene/tuvo muy malas autoridades, con escasa visión estratégica, lo que hizo que se pierda una fabulosa oportunidad. Lo mismo le ha sucedido a Yacuiba y a Caraparí.
Pero no es tarde, no todo está perdido. Se puede aprovechar esta circunstancia de crisis, para proyectar Villa Montes hacia un futuro determinado, pactado, consensuado de manera colectiva, en el que todos, tiren y empujen el carro, haciendo su aporte desde su espacio, a un proyecto de sociedad con dirección y rumbo.
Geopolíticamente, Villa Montes se encuentra en un punto céntrico estratégico de una cruz de dos corredores, pero de qué sirve esa ventaja comparativa, si no exporta, si no aprovecha para el desarrollo sostenible, si solo sirve como vía de paso y se conforma con ver atravesar los productos de otras partes a otras partes, sin beneficiarse casi en nada. ¿No tiene condiciones de ofrecer productos competitivos y participar sacándole beneficios a la condición?
Villa Montes no puede seguir rebotando y volver al mismo lugar, con autoridades que solo miran a hasta sus narices, con visiones pueblerinas, anacrónicas y conformistas. Vaca dice que no debemos ser pesimistas. Creo que debemos ser disconformes, inconformes, nos debe incomodar la situación. El día que Villa Montes tenga una autoridad a la que le incomode la situación de pobreza mayoritaria del pueblo, va a comenzar a cambiar. Mientras haya autoridades que busquen maquillar la verdad, poniendo alfombra sobre la basura, no va a cambiar nada. Será un gatopardismo, nada más.
Con toda seguridad, mi amigo Rubén no va a compartir estas reflexiones, porque ideológicamente estamos en los extremos. Vaca por su adscripción al MAS, es historicista determinista, por lo que es absolutamente comprensible su posición frente al rol del Estado en la sociedad. Los historicistas creen a pie juntillas que el curso de la historia tiene leyes rígidas e inalterables que deben cumplirse, que no podemos hacer nada ante la imposición cósmica, y sólo nos queda seguir esas fases. Creen las metáforas teleológicas de Marx, en sentido que dicha relación, después de pasar por las fases, llegaremos a la tierra prometida que fluye leche y miel y en el que hay abundancia de todo, y que la humanidad vivirá como hermanos en paz y muy felices por los siglos de los siglos amén.
Yacuiba, 31 de diciembre de 2021
*Es Analista político. Especialista y asesor en asuntos políticos de Gestión Pública, Gobierno, Estrategia y Comunicación Política.