El dedo en la llaga
| ESTEBAN FARFÁN
ROMERO
Límites que Dividen
ESTEBAN
FARFÁN ROMERO
E-Mail: efarfan@granchaco.com.bo
El título parece una aliteración, una tautología,
un pleonasmo, pero no es, porque es deliberado. El Gran Chaco tiene un polvorín
que en cualquier momento puede explotar con consecuencias impredecibles. Nadie
duda que la Participación Popular ha distribuido el poder y acercado el Estado
a la comunidad, pero el no haber resuelto/precisado los límites
seccionales/provinciales/departamentales ha desatados demonios impulsados por
las pretensiones de más recursos económicos. Desde 1994, ningún Gobierno ha
encarado con responsabilidad el asunto.
Hay varias experiencias en el país, donde por un
pedazo de territorio/recursos naturales, se han enfrentado con saldos lamentables/trágicos.
Detrás de estos enfrentamientos se encuentran poderosos intereses políticos/económicos.
Siempre el pueblo pone los muertos y los directos beneficiados dirigen las
operaciones sin recibir ningún rasguño.
Por enésima vez ha resucitado el problema de
límites entre Villamontes y Caraparí (y viceversa) sobre la posesión de Palmar
Grande –San Antonio disputándose de nuevo la jurisdicción.
El presidente del Concejo Municipal Jorge Arias
(PAN), no tuvo mejor idea que trasladarse a una comunidad de Palmar Grande
junto a otras personas en tres camionetas, sierra en mano intento derribar un
letrero de obra del Gobierno Municipal de Villamontes. Los comunarios salieron
a impedir tal propósito provocándose un cruce de palabras subido de tono. Según
la denuncia de los comunarios, Arias habría insultado y despreciado a los
vivientes de collas (sic) y traicioneros, lo que ha levantado la furia de los
mismos no permitiendo el objetivo del polémico concejal
Jorge Arias en un medio de comunicación de
Yacuiba, días antes ha anunciado que iría personalmente cargado de valentía a
dicha comunidad a derribar ese letrero de marras, y sentar soberanía
recuperando ese lugar para el municipio de Yacuiba.
Ante ese hecho los comunarios, se trasladaron a Villamontes
a presentar su queja, e inmediatamente el alcalde de Villamontes Robert Camacho,
se ha trasladado a la comunidad junto al presidente del comité de vigilancia, presidente
del concejo municipal, otros dirigentes y periodistas. Constataron que solo hubo
intento de derribar dicho letrero, porque los comunarios no permitieron que el
mismo sea tumbado.
Allí el alcalde en conferencia de prensa de forma
mesurada dijo que Arias equivoca el camino, porque no es el mejor camino para
resolver el viejo conflicto. Advirtió que el problema se resuelve en las
instancias jurisdiccionales y no de esa manera, recomendó al concejal Arias
revisar la Ley y sujetarse a Derecho. Arias es abogado, Camacho no. Pidieron
que Arias se enfrente con documentos en mano a ellos y no se porte abusivo. Otros
dirigentes usaron términos subidos de tono, acordándose de todo el variopinto y
jugoso pasado político del polémico concejal Arias. Incluso uno de los
dirigentes pidió que Arias sea valiente con personas, no con un letrero que no
puede defenderse.
Arias en varias ocasiones ha realizado una serie
de amenazas con contra de Villamontes, pero nunca ha materializado las mismas.
Incluso dijo que inmediatamente iniciaría acciones penales/administrativas contra
el alcalde Camacho, pero se conoce que no ha radicado ninguna acción legal
hasta la fecha. Incluso la concejal pociteña Maribel Molina ha revelado que
nunca el Concejo de Yacuiba ha agendado el tema.
Este es un polvorín que en cualquier momento va a
reventar. Sin duda que si no se resuelve el asunto como corresponde se pone en
serio riesgo la deleznable unidad del Chaco. Si las actuales autoridades siguen
administrando este conflicto de esta manera, los resultados son impredecibles.
Lo que pasa es que hay políticos que alimentan
este tipo de conflictos, porque viven del conflicto, se nutren del conflicto.
Jorge Arias, Carlos Bru y Willman Cardozo escalaron a posiciones de poder no
por las ideas y las propuestas, sino por ponerse delante de forma muy hábil en
medio de los conflictos que ellos mismos soliviantaban de forma premeditada.
También se ha hecho (mala) costumbre que los
políticos del PAN carguen con el muerto en las espaldas de Mario Cossío cuando
sucede este tipo de problemas. El discursos es ya trillado y recurrente. Cardozo,
Bru y Arias de forma univoca atribuyen a Cossío como el instigador y autor de
este tipo de problemas para dividir el Chaco a pesar que el mismo está fuera de
circulación desde hace casi dos años. Siempre les ha funcionado este tipo de
acciones políticas, porque desviaban la atención haciendo de chivo expiatorio a
Cossío. Lamentablemente el ex gobernador cargaba mansamente el muerto sin
asumir reacciones efectivas.
Curiosamente, los límites territoriales buscan
unir, no separar. Son líneas imaginarias o reales que separan dos territorios
para unir los extremos.
Willman Cardozo ha dicho que no deberíamos
pelearnos por un pedazo de tierras y unas cuantas personas, y que ese pedazo no
está siendo trasladado al El Alto o al occidente. Dijo que si eso estaría
ocurriendo, él estaría preocupado, y consideró ridículo que entre chaqueños nos
estemos peleando por un pedazo de tierras. Lo que no lee Cardozo es que detrás
de este tipo de problemas no hay solo un pedazo de tierras y unas cuantas
personas, sino intereses políticos de caudillos que buscan cabalgar en estos
temas.
Detrás de este tipo de situaciones hay fuertes motivaciones
políticas personales caudillistas porque la pérdida/victoria determina el
fracaso o éxito político en su comunidad. Ninguno de las actuales autoridades está
dispuesto a perder esta disputa porque sepultaría la posibilidad de continuar en
carrera política.
Como para abonar más el conflicto, el ilustre
presidente de la asamblea regional ha informado que ha decidido no incluir en
la agenda el asunto porque es un tema que -según él- compete únicamente a los municipios.
Lo que no se da cuenta Mansilla es que la única
institución regional que tenemos es precisamente la tristemente célebre
asamblea regional, por lo que debería ser la que asuma la iniciativa para buscar
resolver este asunto mediante el acercamiento y el dialogo. Debería mediar. En
muchas ocasiones, he sugerido personal y públicamente por los medios al actual presidente
adelantarse al brote del problema y convocar a los presidentes de los tres
concejos municipales para dialogar. Internamente hay dos problemas serios.
Villamontes – Caraparí (por La Central) y Villamontes – Yacuiba (Palmar Grande)
por lo que hay mucho trabajo. Le sugerí que de forma discreta (sin prensa) lidere
estos acercamientos y explore soluciones definitivas al problema a través de
pactos y consensos. Por ejemplo podría comenzar por los presidentes de los Concejos,
después con los concejos en pleno, los alcaldes, ejecutivos seccionales, comités
cívicos, asambleísta, organizaciones sociales, etc.
Los consensos se construyen, se tejen, mediante
el diálogo, y no a través de las
declaraciones exacerbadas de prensa o acciones provocativas como las del
concejal Arias.
Hay personalidades que han hecho conocer algunas sugerencias
para buscarle una salida al asunto. Por ejemplo don Juan Castillo ha plateado 5
sugerencias de resolución. Otros lanzaron otras ideas. Se podría convocar a esas
personalidades para que cooperen en este diálogo.
El problema muy serio que atraviesa la asamblea
regional es la falta de capacidad para administrar la misma. Se han reducido a organizar
eventos forzados y armados donde lo único que les interesa a nuestros brillantes
asambleístas es hacerse aplaudir y filmar el acto ara publicitar cada minuto
por todos los canales de televisión a través de spot.
El Gobierno Nacional tampoco ha mostrado voluntad
(¿o capacidad?) para resolver este problema. La ministra de autonomías Claudia Peña
estuvo en Yacuiba y sobre el tema ha dicho que no es importante y urgente
resolver. Más bien dijo que la autonomía regional tiene “substanciosos avances”
(sic), cuando en realidad no se arribó a ningún acuerdo regional en ninguno de
los puntos sensibles.
Esto es muy inquietante. El viceministro de
Organización Territorial Gregorio Aro, ha reconocido que el 93% de los (337)
municipios establecidos en el país, tienen problemas limítrofes aún sin
resolver. Algunos de esos conflictos ya han encendido el fuego de las protestas
y no se solucionarán hasta la aprobación de la Ley de Unidades Territoriales
(LUT) que duerme el sueño de los justos en la Cámara de Senadores.
Otro dato más. De los 337 que funcionan
legalmente (hay dos nuevos municipios), el 7% tiene ley de creación, mientras
que el 93% tienen conflictos limítrofes. Sin duda que el porcentaje es altísimo.
Aparentemente, los conflictos están en pausa por disposición de la Ley Marco de
Autonomías, hasta después de seis meses de aprobada la Ley especifica.
Casi todos los Departamentos y Provincias del
país tienen los mismos problemas. Un tema que el Gobierno no asume con
responsabilidad, quizás por su complejidad, es este tema. Hay que hacer notar
que este problema fue priorizado por la Cumbre social de Cochabamba. Esta
dentro de las 70 leyes priorizadas. Solo buenas intenciones y retórica
mediática. No hay capacidad para gobernar, pero si para hacer propaganda y
derroche de demagogia y palabreja.
MI PUNTO DE VISTA:
Si este problema de límites municipales
(y también el provincial) no se resuelve de manera seria, se pone en serio
riesgo la objetivación de la autonomía regional. He identificado 10 matrices sensibles
que deben resolverse a través de un gran pacto regional antes de comenzar a escribir
la primera letra del Estatuto regional, uno de ellos es el tema de limites municipales
y provincial.
El conflicto por límites es un incómodo ruido que
esmerila las enclenques y frágiles relaciones regionales entre unidades territoriales
del Chaco, por lo que es recomendable comenzar de forma inmediata una solución
definitiva. Esconder la cabeza como hace Mansilla o asumir poses bravuconas
como lo hace Arias o minimizar el asunto como lo hace Cardozo no es la
solución.
No se debe dejar pasar esta oportunidad y seguir
postergando su solución. Es momento de encarar con voluntad, inteligencia,
buena fe y creatividad. No traspasar para las próximas generaciones un problema
serio, explosivo y de alto riesgo. (Yacuiba 05/08/12).
ESTEBAN FARFÁN ROMERO, es periodista, analista político y docente.
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