El dedo en la llaga | ESTEBAN FARFÁN ROMERO
Carlitos Bru y el Año Nuevo Aymara
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Yacuiba – Gran Chaco – TARIJA - BOLIVIA
En Yacuiba, hoy (21/06/11) se ha desarrollado un colorido acto en la plaza principal (12 de agosto) en el que se recibió el año nuevo aymara con la presencia del Alcalde Municipal de Yacuiba Carlitos Bru (PAN), el Presidente del Comité Cívico de Yacuiba, Ruddy Pantaleón, el asambleístas José Amas (PAN), y un representante de la Subgobernación Donato Millán (MAS), además de la presencia de concejales de adscripción occidental. Marcial Rengifo, oriundo de Chuquisaca, inexplicablemente no participó de la liturgia.
El alcalde Carlitos Bru parecía un amauta, achachilla o un poncho rojo de Achacachi, pues estaba enfundado con un grueso poncho aymara, un sombrero negro de paño (no el chaqueño), una bolsa de coca, un pujllaj, serpentina y alcohol en medio del sahumerio. Sólo le faltaba cruzar por el pecho el tradicional y temible chicote, y un par de ojotas. Todos tenían las manos levantadas para recibir todas las energías y bendiciones de la Puerta del Sol imaginaria en una mañana nublada y fría. Simón Bolívar (el monumento), miró enjuto como con celo todo el ritualismo religioso.
Me pregunto, ¿acaso el Estado boliviano no es laico con la nueva Constitución? (Art. 4) ¿Deben las autoridades estatales participar de este tipo de ritos religiosos? (ofrenda a los dioses Inti y Pachamama) ¿No deberían abstenerse de hacerlo invocando la Constitución? ¿Acaso no están violando la “única” Constitución refrendada por todos los bolivianos? ¿Lo hacen por convicción o por chupamedias? ¿Qué dirá su fuero interno? Me muero por confirmar lo que sospecho. Presumo que desprecian a los indígenas, y más aun a los nuestros porque han demostrado que los discriminan y que participan de este tipo de ritos solo por utilidad estrictamente personal. No quieren perder sus privilegios y canonjías, y están dispuesto a cualquier cosa con tal de no quedare sin la pega.
Sostuvieron por un tiempo importante las manos levantadas en dirección del Sol (dios Inti) y haciendo referencia todo el tiempo a la tierra (diosa Pachamama). Carlitos Bru en su discurso, hizo alarde de los vastos conocimientos que posee sobre la cultura aymara, como queriendo enseñar cómo se debe realizar la liturgia. Hizo referencia a la “hoja sagrada”, la coca. ¿Sabrá que de la sagrada hoja de coca sale la cocaína? ¿Sabrá Carlitos que por sus narices ayer domingo pasaron 980 kilos de cocaína y que fueron detectados en Aguaray (argentina) a cinco kilómetros de Yacuiba? Pero Carlitos se deshizo en alabanzas a la “hojita sagrada”.
En ningún momento hizo por lo menos mención al “Lucero del Alba”. ¿Me pregunto si conocerá que es eso? Si no conoce que es el Lucero del Alba, mucho menos sabrá que es el lares, los aját, el Inawop, el Yakup, el Kielyup y el jwijetil. Carlitos ¿sabrá que es el tipoy, la llica? Qué va a saber si a nuestros indígenas los tienen proscritos en el canchón de la miseria y la pobreza. Los desprecia, los ignora.
Hay muchos políticos/autoridades chaqueños, o que dice ser chaqueños, que se ponen el rotulo de autonomistas, de rabiosos regionalistas retóricos, pero que ignoran olímpicamente sus dioses, su organización anual/cíclica propia de nuestros indígenas. Nosotros no necesitamos prestarnos ritos, tenemos los propios, sino que los ignoramos porque los despreciamos/arrinconamos, los tenemos en el patio trasero, y aupamos a otras por conveniencia personal.
Me pregunto si Carlitos y compañía participaron de este tipo de ritos religiosos de sincretismo por convicción, o solo por conveniencia personal para quedar bien con el cacique mayor con el fin que no se lo lleven preso, como ha denunciado Willman Cardozo. Curiosamente en La Paz anunciaron este tipo de evento justamente en Yacuiba como uno de los lugares importantes a desarrollar. Lamentablemente tenemos como autoridades a aventureros políticos sin ninguna personalidad política, sin esencia ideológica, sin formación filosófica, sin contenido. Son los políticos light que parieron las agrupaciones ciudadanas. Son pragmáticos de la política para no usar otros términos directos, duros y ofensivos. Lo único que les importa es el poder, y la riqueza por eso cambiaron sus vidas diametralmente, en cuestión de pocos años pasaron de estar en la quiebra a “exitosos” empresarios a través de palos blancos.
No nos mintamos más. Es un engaño total, porque estas personas no participan de estos actos religiosos por convicción y fe, sino por pura y exclusiva conveniencia personal. Hay que hacer buena letra para no ir preso por lo “pecados” cometido, es la conclusión.
Sorpresivamente, en el corazón del Chaco tarijeño-boliviano, el Gobierno Municipal de Yacuiba, que tiene a un chaqueño de una familia muy tradicional y arraigada en el Chaco, ha hecho un despliegue aparatoso para resaltar un acto público ajeno a nuestras costumbres como es la celebración del año nuevo aymara que en realidad para nosotros es solo el primer día del invierno.
Lo curioso es que este tipo de actividades son alentadas por chaqueños provenientes de familias de estirpe chaqueño de Yacuiba, como los que detallé al principio.
Solo un medio de comunicación (Radio) transmitió el acto litúrgico en vivo y cuando entrevistada a los que presenciaban el acto, unos decían que estaban por curiosos, otros hacían referencia al respeto a la riqueza cultural del país, pero que deberían resaltar nuestras culturas propias. Otro dijo que “pasado mañana es mi día (corpus Cristi), no hoy”.
Una persona que fue entrevistada, sin filtro y mostrando toda su informidad confesó que estaba ahí porque fue obligada, al parecer se trataba de un funcionario municipal, otro dijo que no le parecía correcto ese tipo de actos en el Chaco pero que le llamaba la atención por lo colorido.
Una mujer chaqueña muy conocida, además dirigente deportiva señaló que los chaqueños somos muy respetuosos con las culturas andinas, pero que no estaba bien que las autoridades no tomen en cuenta a nuestros indígenas.
Las opiniones fueron lapidarias y categóricas de los entrevistados improvisados que mostraron disgusto con el acto, aunque demostrando tolerancia. Es que el chaqueño es así. Es muy tolerante, es muy respetuoso del otro, del diferente. Pero hay autoridades que están abusando de esa nobleza característica del chaqueño.
Fue una celebración absolutamente extraña, ajena a nuestra realidad, costumbres y tradiciones, completamente injustificada, supuestamente ancestral. Un acto litúrgico religioso que no tiene la más mínima relación con los saberes y cosmovisión de nuestros pueblos indígenas propios.
Está claro que los hermanos bolivianos aymaras pueden celebrar lo que quieran de sus costumbres culturales en cualquier parte del país con toda libertad, pero esto no significa que nos deben obligar a hacer lo mismos a los que no procedemos de esa ascendencia.
Nuestras autoridades tienen la obligación moral de valorizar a nuestros indígenas y sus saberes a través de políticas públicas orientadas a conocer sus prácticas y ritos. Es una verdadera vergüenza que los mismos ignoren completamente nuestra realidad. No conocen el patio trasero, donde los tienen proscrito a nuestros nativos.
Mientras los bolivianos deberíamos trabajar arduamente para producir más riqueza, por lo tanto bienestar y prosperidad, porque es la única forma de salir adelante, somos frenados con feriados como si paralizando actividades a media semana vamos a hacer más grande la patria o la región. Hemos caído en un cirulo vicioso en el que creemos que sobrevalorando algunos símbolos andinocéntricos vamos a cambiar por arte de magia nuestra realidad poniendo toda nuestra confianza en divinidades puestas en entredicho, que mas bien colinda con lo pagano.
En días pasados, el inspector (representante) del Ministerio de Trabajo en Yacuiba salió por los medios a amenazar que todos están obligados a acatar el feriado del año nuevo aymara, caso contrario se sancionará a los que se atrevan a trabajar ese día. Estoy esperando que llegue la sanción porque hoy trabajé de manera normal.
Da la impresión que con este tipo de imposiciones legales (DS 173, declara feriado nacional el año nuevo aymara), se pretende establecer como primacía cultural la aymara por sobre las demás. Esto se llama colonialismo cultural.
¿Qué es el colonialismo cultural? Es la influencia o la dominación por parte de otro más poderoso de una forma violenta o sutil sin que intervenga la fuerza. Los motivos pueden ser poder, riqueza o simplemente dominio político. Se imponen/obligan costumbres extrañas al colonizado, pero que son propias del colonizador.
Aquí juega un factor muy importante de dominación política con el fin de doblegar al más débil mediante mecanismos sutiles adormeciendo su conciencia crítica. Es más efectivo cuando los agentes propios/vernaculares son los que efectúan la tarea de materializar la práctica colonizadora, como es el caso nuestro, porque se queda sin referentes legítimos momentáneamente.
Si la Constitución dice que somos un país plurinacional, pluricultural entonces ¿dónde queda el respeto intercultural? ¿Dónde está que las 36 (37 ahora) naciones indígenas tienen el mismo rango constitucional? ¿No debería respetarse a cada una en el mismo nivel? ¿No debería cada una tener un feriado nacional?
Aunque por supuesto el añadir 36 días feriados a nivel nacional sería el colmo, pero ¿no deberían tener todas el mismo trato?
Personalmente tengo mucho aprecio por la riqueza/diversidad cultural de nuestro país, y especialmente por el sincretismo que practica el occidente, pero no estoy obligado a practicarlo porque un Decreto me diga que tengo que hacerlo.
Así como dice mi amigo Yalo Cuellar en su canción Inmigrantes, “solo les pedimos que respeten nuestras culturas” (Yacuiba 21/06/11)
ESTEBAN FARFÁN ROMERO, es periodista, analista político y docente.
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