domingo, 9 de julio de 2017

Maneados en su propia ineficiencia y soberbia

EL DEDO EN LA LLAGA
Maneados en su propia ineficiencia y soberbia
Por: Esteban Farfán Romero
Twitter: @EstebanFarfanR
Yacuiba – Gran Chaco
La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano. San Agustín 
"La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad." 
Nicolás Maquiavelo 

Han pasado casi nueve (9) meses desde que en Yacuiba ha sucedido una lamentable desgracia en el mercado Campesino, que por circunstancias que hasta la fecha no se han aclarado/establecido la razones, se ha producido un accidente que ha generado grandes pérdidas materiales, desalojando a los locatarios de sus puestos. Desde esa fecha, realizan sus actividades comerciales en las calle adyacentes.
La Municipalidad de Yacuiba, desde el primer momento ha demostrado mucha ineficiencia institucional y política en la administración de esta crisis. Ausencia total de habilidad política para encarar este tipo de circunstancias. Tomo como referencia este contexto, porque ha sido en el que mas expusieron la impericia, ineptitud y necedad.
Lamentablemente, por un lado el Gobierno Municipal no cuenta con profesionales de la política y/o funcionarios especializados en la administración y conducción de crisis;  y por otra parte, existe un nivel alto de improvisación y desorden que no permite actuar de manera responsable, planificada y efectiva cuando se presentan este tipo de situaciones. El problema de fondo es que desde arriba se ignora los entresijos de la gestión pública y esto complica mucho la administración.
Todas las organizaciones (públicas y privadas) serias, cuentan con un comité de crisis especializado/capacitado que actúa profesionalmente en base a un plan de manera oportuna y pronta cuando se presentan circunstancias dificultosas y de emergencia no previstas. Este tipo de organización es clave, para salir airosos de realidades anormales y no anticipadas.
A mi juicio, una decisión totalmente errática, fue la que optar por una actitud de alentar de manera permanente la confrontación y la reyerta sin objetivos claros (en política, a veces es necesario provocar conflictos con el fin de obtener algunos resultados que provoquen/apuren la solución de las crisis).
Hay que entender la gestión pública como lo que yo llamo el “equilibrio de la contención de la legitimidad primaria”. La municipalidad no ha logrado entender (a pesar de los grandes esfuerzos realizados) que la gestión pública es un juego de  poder y de equilibrios de los que conoce en ciencias políticas como la correlación de fuerzas, que busca, a través de estrategias, el control del escurridizo ‘consenso político’.
Considero que el error capital cometido fue hacer que el alcalde se convierta en parte del problema, y no de la solución. Se los ha expuesto demasiado (innecesariamente) ante el problema, y se lo ha colocado el medio del ojo de la tormenta con las consecuencia que ya conocemos.
De forman permanente, he recomendado que se debe tener mucho cuidado, como el cirujano con el bisturí en el quirófano, cuando se presentan conflictos de intereses políticos partidarios, y más aun cuando hay fogoneros detrás de la parte que torpedea.
Hay que entender que la política es la administración del conflicto, porque las facciones de la composición de una sociedad tiene diversos intereses, y el choque de éstos producen conflictos. La política se ha creado justamente para ocuparse de regular estas crisis, y evitar la violencia desbordada.
En el caso de la crisis del mercado Campesino, sin duda que inmediatamente se ha presentado un alentador oficioso que constantemente alimentaba con abundante combustible para que el fuego sea mayor, y no cese por buen tiempo. El objetivo, generar desgaste político en el alcalde.
Por el otro lado, desde la Municipalidad, hacían lo propio, disponiendo de galones de gasolina creyendo equivocadamente que al generar más incendio, iban a quemar al provocador. Justamente el revés. Como no ha existido un plan de crisis, los ejecutivos del Gobierno Municipal, fácilmente ha caído en la estrategia del asambleísta Wilman Cardozo
Varias veces les he recomendado que no se debe confrontar con el otro en el escenario en el que el otro es experto. Sun Tzu aconseja que cuando estás en desventaja en un terreno determinado, es mejor buscar otras opciones. “Evite la fortaleza y ataque la debilidad”, dice el estratega chino.
Cardozo es experto en la confrontación, por lo que es suicida darle pelea en ese terreno que domina muy bien. Hay otros flancos en los que es muy frágil, y es ahí, donde se debe dar el golpe certero.
El alcalde ha decidido dar pelea en el terreno que su adversario domina muy bien, y como es lógico salió perdiendo. Errática decisión.
Unos de los grandes problemas que tiene el alcalde de Yacuiba es su carácter/personalidad temperamental, y por lo tanto su soberbia. Bueno, en realidad, todos somos soberbios, es parte de nuestra naturaleza, pero en este caso, el problema es que él no ha logrado controlar ese instinto. Volviendo otra vez al sabio Sun Tzu, dice: “Si conoces al enemigo y a ti mismo, no debes temer el resultado a un ciento de batallas.” Y añade: “Nunca se debe atacar por cólera y con prisas. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan.”
Napoleón decía que el general más vulnerable es el temperamental y el de doble ánimo. Por otro lado, en la Biblia hay un pasaje muy interesante que me gusta mucho tomar como referencia. Timoteo es un joven discípulo de Pablo, y éste le escribe una carta y le dice que hay tres condiciones para ser fuerte, y uno de ellos es del autocontrol. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:7).
Una autoridad/persona que no tiene autogobierno, difícilmente va a poder gobernar/dirigir a otros. Mas aun cuando ésta se deja gobernar por las emociones, y la mas fatal de las emociones reptilianas (primitivas, instintivas), es la soberbia. Es por eso que los estrategias aconsejan que condición sine qua non para tener éxito, es conocerse a uno mismo primero y hacerse una especie de FODA/FLOP, en el que se revele las aspectos débiles y fuertes de cada uno. Este escrutinio es muy importante para los líderes y su entorno, porque determina las condiciones.
El dragón de fuego que devora
La soberbia es la altivez y apetito desordenado que posee una persona de ser preferido a otros. Es un sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás. La Real Academia establece como cuarta acepción de soberbia como cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas.
En términos negativos la soberbia es una actitud orgullosa que caracteriza a aquellas personas envanecidas de si mismas. Genéricamente se la define como la sobrevaloración del yo respecto a los otros.
La soberbia incita a la persona a valorarse demasiado, enorgulleciéndose y creyéndose capaz de hacer cualquier cosa por encima de los demás. Esta idea deriva directamente en que el soberbio ponga en detrimento a las demás personas, debido a que piensa que sus capacidades o que su valor no se equiparan al suyo, por lo que se lo considera arrogante.
Es considerado por la teología católica uno de los siete pecados capitales. La Biblia dice que el soberbio “ultraja a Jehová” (Números 15:30). Dios no escucha a los soberbios (Job 35:12). El que dice ser cristiano debe aborrecer la soberbia y la arrogancia (Proverbios 8:13).
El gran Salomón dice que cuando alguien actúa con soberbia es necio y será deshonrado (Proverbios 11:2). El soberbio es considerado por Dios como necio (Proverbios 14:3). La soberbia es engañosa (Jeremías 49:16) y siempre abate a hombre que la posee (Proverbios 29:23).
La soberbia engaña al poseedor (Abdías 1:3) porque crea una falsa sensación de grandeza. Contamina al buen hombre (Marcos 7:22-23). Recuerdo muy bien que mi abuelo siempre me repetía esta frase “no seáis sabios en vuestra propia opinión” (Romanos 12:16), no sabia que era una referencia bíblica.
Dios mira de lejos al altivo (Salmos 138:6). Será Dios el que haga cesar la arrogancia de los arrogantes (Isaías 3:11). Hay que recordar que el Lucero de la Mañana cayó, porque su corazón se ha ensoberbecido (Isaías 14:13).
Hago mención estas referencias bíblicas, porque  como cristiano creo mucho en la Biblia y considero que podemos extraer muchas lecciones de vida muy importantes de ella. El cementerio político esta lleno de poderosos que cayeron en desgracia porque se dejaron poseer y dominar por la soberbia.
Una de las frecuentes y recurrentes debilidades que existen en nuestros líderes políticos es la altivez. Lo más graves es que hacen gala de ello, y cada vez hinchan más el corazón.
Este tipo de actitud primitiva e instintiva animal descontrolada no les permite gobernar bien, porque viven una irrealidad, una fantasía que les obnubila.
Excesiva politización del asunto
Volviendo el tema del mercado Campesino, el alcalde ha permitido la politización excesiva y descontrolada del asunto, incorporando a un tercero en la disputa y dándole el protagonismo que no le correspondía. Lo que debería hacer el burgomaestre es anular de cuajo la intención de Cardozo de formar parte del conflicto. Para ello, había varias acciones que ponían freno seco a sus intenciones.
El alcalde fácilmente cayó en el juego del asambleísta, primero el incorporarlo como parte del asunto, y segundo al establecerlo como vocero del problema. Grave error. Desde ahí, con la habilidad que le caracteriza al viejo político, éste se movió a sus anchas moviendo la agenda a sus antojo.
Varias veces se le ha recomendado que no se debe jugar en el terreno en el que el asambleísta domina, la confrontación y la violencia. Cardozo ha hecho carrera política montado en la violencia y la confrontación, y no sabe hacer política de otra forma, por lo que es difícil combatirlo en ese terreno.
Desde ese momento, fue Cardozo el que manejó la agenda del conflicto y definió la intensidad y amplitud de acuerdo a sus intereses. Lo más grave, es que lo hacia sin nada en la mano, sólo con el uso de la palabra hueca. El alcalde, muy fácilmente mordió el anzuelo.
La ciencia política, dice que cuando una autoridades/persona se convierte en soberbio, es porque ha perdido autoridad, y pierde autoridad porque dilapida legitimidad. Un signo de la pérdida de la autoridad, es el descontrol, el uso de la violencia rebosada, la amenaza, la coacción, la hostilidad para conseguir lealtad. La autoridad/lealtad no se impone, se gana, se acumula, se seduce.
Para los políticos soberbios y arrogantes, les recomiendo leer en la Biblia, la vida de Nabucodonosor rey de Babilonia (Daniel). El fin siempre es desastroso y calamitoso.
Como consecuencia de la soberbia, la actual autoridad municipal está muy cuestionada. Y la disconformidad/desagrado no sólo es externa, sino penosamente es interna. La gran mayoría acompañan la gestión por necesidad o conveniencia, que por convicción o lealtad a la autoridad o a un proyecto político. En gestión pública, el capital indispensable para el éxito es la adhesión, la lealtad a una visión y proyecto político, por lo tanto al líder. Este tipo de adhesión no se da con la punta de la bota de la violencia, sino con la seducción y fidelización. Cuántas veces hemos hablado sobre este tema en reuniones de la mesa chica (del circulo rojo), que ya parecía loro de tanto repetir.
He aprendido que un gobernante debe cuidar la legitimidad como un tesoro, como un capital indispensable para ejercer autoridad y el poder. Porque si se pierde el consenso político, se debilita y se cae. Hay un libro de Mario Riorda que aborda este tema con mucho profundidad relacionada a nuestra realidad latinoamericana, pues Weber lo hace (con mayor propiedad filosófica) desde un idealismo británico inexistentes en nuestro entorno, en cuando a desarrollo institucional.
Por ello los estrategas políticos diseñan, definen acciones que buscan ampliar el espacio de consenso público con el fin de tener mayores áreas de desplazamiento del gobernante.
La resbaladiza legitimidad
Entiendo como legitimidad como la capacidad que un poder/gobernante posee para obtener obediencia sin necesidad de recurrir a la coacción que supone la amenaza de la fuerza, de tal forma es legítimo si existe un consenso entre los miembros de la comunidad política para aceptar la autoridad vigente. Weber identifica tres tipos de legitimidad, y estos tres deben estar interrelacionados y equilibradas para que funcione, porque éstas se complementan/alimentan.
Cuando se recomienda a los gobernantes cuidar la legitimidad, la actual administración municipal de Yacuiba hace esfuerzos por perforar la misma sin contemplación. A este tipo de situación llamo deflación del poder.
Alientan la confrontación y la violencia de manera permanente y premeditada. Da la impresión que les reporta placer la generación de la violencia y la confrontación. Claro que en algunas circunstancias, la violencia es necesaria para la resolución del problemas, pero no todo el tiempo.
Lo peligroso es que de manera errática desde dentro se alientan todos los días la confrontación de forma directa a través de todos los medios posibles y de los que disponen, y lo más complicado es que es el mismo alcalde el que se introduce mortalmente en el ojo de la tormenta de manera suicida, cuando lo que se debe hacer es proteger su investidura de estas esquirlas.
Siempre he recomendado que la máxima autoridad debe ser preservada por sobre todo, y debe ser el último recursos extremo, y no el primero, ni el segundo. Para ello se deben disponer de fusibles oportunos.
Una de las lamentables e infortunadas actitudes y que me ha causado mucha tristeza, es en la que el alcalde se burle del apellido de una dirigente y sobre todo mujer. Siempre he recomendado que en este tiempo la mujer goza de cierta areola de exención y se debe tener mucho cuidado afectarla. Es un disparo en el pie atacar de esta manera. Es una ofensa grave, porque se afecta lo intimo. El nombre es nuestra primera seña de identidad, aquello que nos identifica y nos da entidad , por eso su importancia y fragilidad. Ya se tuvieron malas experiencias atacando frontalmente a mueres, y no aprenden de los errores.
En otra ocasión, el alcalde de manera muy impropia reveló un secreto profesional de un excliente de cuando era su abogado defensor, con el fin de dañarlo. Esta conducta lamentables del alcalde ha sido muy cuestionada y entredicha, y erosiona irremediablemente su estropeada legitimidad. Los últimos estudios revelan que e encuentra en número rojo en materia de aceptación, muy a pesar de una gestión administrativa regular.
El alcalde tiene un posicionamiento en el imaginario colectivo de Yacuiba de soberbio, arrogante, autoritario, abusivo, y lo que me llama la atención es que él y su entorno próximo, hace todos los esfuerzos por remarcar/resaltar esa percepción. Según los estudios a los que tuve acceso, la clase media ha llegado hasta desprecio, y eso es peligroso, porque es este segmento el que define la tendencia por su capacidad de reproducción y comunicación en masa.
Lo que me llama la atención es que la actual administración municipal tiene muchas condiciones favorables, que si sabrían usar la gestión pública de manera profesional, obtendrían resultados muy favorables. Tienen al Gobierno Nacional como aliado, y lamentablemente han demostrado tener muy pocas condiciones/habilidades para obtener beneficios políticos de esa importante alianza. No hacen gestión política ante el Gobierno para reproducirse, y desaprovechan una oportunidad de oro que podría salvarles de la hoguera que se aproxima (diciembre).
Creo que mientras el Gobierno Municipal de Yacuiba no establezca un Plan de Gobierno que defina una visión, un norte, un derrotero político, no va a salir del pozo en el que se encuentra. La actual municipalidad se ha reducido a solamente administrar, y no gobernar. Hay una gran diferencia conceptual y prescriptiva entre administrar y gobernar (dejare para otra columna la explicación de estos dos conceptos importantes), que es muy importante entender en el desarrollo exitoso de la gestión pública. (Yacuiba, 09 de julio de 2017).

POST SCRIPTUM: Muy importante. Con objeto de evitar efectos y perjuicios ulteriores a terceros, cuartos y quintos, quiero dejar claramente establecido que ésta es una opinión estricta y literalmente personal, personalísima, intimísima, y exclusivísima. No representa la posición institucional de ninguna entidad estatal, como tampoco de ninguna organización corporativa, ni de ninguna otro tipo organización o grupo de personas, ni siquiera de mi familia, por lo que hago conocer a las censores oficiosos, acosadores, extorsionadores, chantajistas y persecutores políticos que la posición de ésta y todas las columnas (incluyendo las anteriores), publicaciones en mi blogs personal, cuentas de redes sociales, declaraciones a los medios de comunicación, y conversación entre mis amigos, conocidos, compañeros de trabajo  y otras personas, es responsabilidad única, exclusiva y rigurosamente mía. Solo mía.
Hago esta aclaración ante el permanente y constante acoso del que son objetos personas que tienen relación directa e indirecta con el suscrito.
Quiero recordarles que el gran Napoleón Bonaparte les reveló muchas veces a sus generales, que temía más a la pluma de los escritores, que a los cañones de los enemigos. (Esteban Farfán Romero).


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