El horno no está para bollos
Por Esteban Farfán
Romero
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SE PASÓ AL MAS: El alcalde Ramiro Vallejos fue elegido por UD-A, una coalición de oposición. Como alcalde juró al MAS, abandonando a la estructura política que lo apoyó en la campaña electoral. |
El alcalde de
Yacuiba Ramiro Vallejos (UD-A) tiene un problema muy serio, y es que no es
político y no le entiende nada a la gestión pública. Los que no conocen la dinámica
de la política, y cómo funciona los entresijos del poder, están condenados a
ser devorados sin piedad, ni consideración por el mounstro del poder.
Está claro que el
alcalde no ha leído puertas adentro el inequívoco, claro y potente mensaje que
le mandó el pueblo yacuibeño en las urnas el domingo 26 de agosto. Ha intentado
infructuosamente gambetear el peso de la decisión tomada por la población a la
Carta Orgánica y sin éxito hizo todos los esfuerzos por desviar la bala a otro
lado.
El lunes, después
del referendo, en lugar de salir con una actitud humilde, mansa y prudente,
optó por echarse más tierra al mostrar mas soberbia, altivez, odio y arrogancia.
El alcalde no
necesita enemigo político, pues el mismo es enemigo de si. No duda un segundo
en dispararse y hacer volar por los aires la poca legitimidad que todavía le
queda. Toma riesgos innecesarios y se deja dominar por las vísceras continuamente.
Un grupo de
mujeres dirigentes de los comerciantes, están siendo acusadas innecesariamente
y de forma excesiva ante la Fiscalía, por avasallamiento por una circunstancia
a mi juicio, intrascendente. El alcalde, como si fuera fiscal, ha decidido apretar
el torniquete sobre el cuello de las mujeres, pues ha decidido presionar hasta llevarlas
a guardar Palmar.
Las dirigentes muy
hábilmente han decidido seguirle el juego, por lo que hoy resolvieron declararse
en huelga de hambre en puertas del Concejo Municipal, y esta circunstancia ha despertado
más animadversión hacia el alcalde. Esta reacción está poniendo en jaque al
alcalde, y lo llevan a un terreno en el que no sabe jugar. Saldrá perdiendo sin
duda.
Los políticos profesionales
saben muy que en la sociedad hay grupos que nunca deben ser hurgados y éstos
son las mujeres, los indígenas, los animales, y los gay. Cuando estos grupos
son tocados, inmediatamente la sociedad salta y reacciona protegiendo y arropándolos
saliendo en defensa de los mismos.
El alcalde no
está conforme con la chicoteada que ha recibido el domingo 26 de agosto, y está
provocando a los petos.
Un gran riesgo es
que si el alcalde continúa con este tipo de conducta autodestructiva, provoque una
hecatombe de proporciones que nadie pueda controlar.
Como decía mi abuela
cuando una circunstancia se tornaba peligrosa en casa, “el horno no está para
bollos”. El alcalde debe saber que si la pradera esta seca, tan solo una chispa
puede generar un gran incendio. El alcalde puede desatar una convulsión social que
podría terminar en tragedia, porque en la sociedad yacuibeña hay un bronca
contenida contra su gestión, y el pueblo está esperando el momento oportuno.
Todos hacemos
votos porque el alcalde termine su gestión, se vaya a su casa, y después
responda por sus actos, si es que hay responsabilidades; pero el alcalde debe
terminar su gestión en mayo de 2020. Sin embargo el alcalde continuamente está
encendiendo el fósforo, sin darse cuenta que hay una alfombra de hojarasca en
el suelo. (Yacuiba 05/09/18)
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