miércoles, 5 de septiembre de 2018

El horno no está para bollos


El horno no está para bollos


Por Esteban Farfán Romero

SE PASÓ AL MAS: El alcalde Ramiro Vallejos fue elegido por UD-A, una coalición de oposición. Como alcalde juró al MAS, abandonando a la estructura política que lo apoyó en la campaña electoral. 

El alcalde de Yacuiba Ramiro Vallejos (UD-A) tiene un problema muy serio, y es que no es político y no le entiende nada a la gestión pública. Los que no conocen la dinámica de la política, y cómo funciona los entresijos del poder, están condenados a ser devorados sin piedad, ni consideración por el mounstro del poder.
Está claro que el alcalde no ha leído puertas adentro el inequívoco, claro y potente mensaje que le mandó el pueblo yacuibeño en las urnas el domingo 26 de agosto. Ha intentado infructuosamente gambetear el peso de la decisión tomada por la población a la Carta Orgánica y sin éxito hizo todos los esfuerzos por desviar la bala a otro lado.
El lunes, después del referendo, en lugar de salir con una actitud humilde, mansa y prudente, optó por echarse más tierra al mostrar mas soberbia, altivez, odio  y arrogancia.
El alcalde no necesita enemigo político, pues el mismo es enemigo de si. No duda un segundo en dispararse y hacer volar por los aires la poca legitimidad que todavía le queda. Toma riesgos innecesarios y se deja dominar por las vísceras continuamente.
Un grupo de mujeres dirigentes de los comerciantes, están siendo acusadas innecesariamente y de forma excesiva ante la Fiscalía, por avasallamiento por una circunstancia a mi juicio, intrascendente. El alcalde, como si fuera fiscal, ha decidido apretar el torniquete sobre el cuello de las mujeres, pues ha decidido presionar hasta llevarlas a guardar Palmar.
Las dirigentes muy hábilmente han decidido seguirle el juego, por lo que hoy resolvieron declararse en huelga de hambre en puertas del Concejo Municipal, y esta circunstancia ha despertado más animadversión hacia el alcalde. Esta reacción está poniendo en jaque al alcalde, y lo llevan a un terreno en el que no sabe jugar. Saldrá perdiendo sin duda.
Los políticos profesionales saben muy que en la sociedad hay grupos que nunca deben ser hurgados y éstos son las mujeres, los indígenas, los animales, y los gay. Cuando estos grupos son tocados, inmediatamente la sociedad salta y reacciona protegiendo y arropándolos saliendo en defensa de los mismos.
El alcalde no está conforme con la chicoteada que ha recibido el domingo 26 de agosto, y está provocando a los petos.
Un gran riesgo es que si el alcalde continúa con este tipo de conducta autodestructiva, provoque una hecatombe de proporciones que nadie pueda controlar.
Como decía mi abuela cuando una circunstancia se tornaba peligrosa en casa, “el horno no está para bollos”. El alcalde debe saber que si la pradera esta seca, tan solo una chispa puede generar un gran incendio. El alcalde puede desatar una convulsión social que podría terminar en tragedia, porque en la sociedad yacuibeña hay un bronca contenida contra su gestión, y el pueblo está esperando el momento oportuno.
Todos hacemos votos porque el alcalde termine su gestión, se vaya a su casa, y después responda por sus actos, si es que hay responsabilidades; pero el alcalde debe terminar su gestión en mayo de 2020. Sin embargo el alcalde continuamente está encendiendo el fósforo, sin darse cuenta que hay una alfombra de hojarasca en el suelo. (Yacuiba 05/09/18)

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